La espeluznante búsqueda de cadáveres continuaba ayer en Nueva Orleans, mientras se anunció que el drenaje de la ciudad, inundada tras el huracán Katrina, culminará antes de lo previsto.

El director de seguridad interior de este puerto de Luisiana, Terry Ebbert, indicó que la cantidad de cadáveres recuperados sugería que las estimaciones iniciales de unos 10.000 muertos en la ciudad podían ser excesivas, aunque no descartó que “sean miles”.

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Hasta el momento los muertos confirmados en Nueva Orleans son 154, en Mississippi 211, y otros 7 en Florida, para un total de 372 víctimas mortales del Katrina, que también golpeó a Alabama.

Ayer la cadena de noticias estadounidense CNN  obtuvo  de un juez una orden provisoria que impide a las autoridades federales oponerse a la cobertura de las operaciones de recuperación de cadáveres en las zonas afectadas por el ciclón Katrina.

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Mientras, decenas de personas que inicialmente se rehusaban a dejar la ciudad estaban ayer dispuestas a partir, una vez que las autoridades permitieron que pudieran llevar consigo a sus mascotas. Rescatadores dijeron que retiraron a cientos de perros y gatos y los han reunido con sus dueños.

Los ingenieros militares indicaron que se espera que el drenaje culmine entre el 2 y el 8 de octubre, antes de las estimaciones iniciales de hasta 80 y 90 días, es decir, fin de año.

La razón es la ausencia de nuevas lluvias, los fuertes vientos  del Este y una capacidad de bombeo superior a la prevista inicialmente.

Mientras, las críticas a la forma cómo el Gobierno enfrentó la catástrofe, ya cobraron su primera víctima con la remoción el viernes, de Michael Brown, jefe de la Agencia Federal de Manejo de Emergencia (FEMA en inglés), sustituido por el vicealmirante Thad Allen, comandante de la Guardia Costera de EE.UU.

Ayer los demócratas revelaron un informe elaborado por la oficina de Brown en el 2004, que advertía que si un huracán de magnitud entre 3 y 5 grados caía sobre Nueva Orleans, habría un millón de evacuados y 350.000 personas sin hogar, que “la inundación y las enfermedades amenazarían la salud pública” y señalaba severas repercusiones económicas para el estado y la región”.

Katrina impactó en Luisiana con categoría 4 de la escala de Saffir-Simpson, de 5, el pasado 29 de agosto.

Mientras, la tormenta Ofelia se convirtió ayer en huracán y podría llevarla esta noche al norte de Florida, Carolina del Norte y Carolina del Sur.