Un avión militar ruso cayó en el océano Atlántico y yace a 1.100 metros de profundidad tras haber fallado su aterrizaje en la cubierta del portaaviones "Almirante Kuznetsov", indicó este martes la Marina rusa.
El piloto pudo salir a tiempo y resultó ileso. Según un portavoz de la Marina el aparato, un caza Sujoi 33 (Su-33), tomó bien la pista para aterrizar sobre la cubierta del portaaviones, pero el cable que debía permitirle frenar en pocas decenas de metros se rompió y el avión terminó su recorrido en el mar.
El diario Izvestia, en su portal internet, informaba este martes que la Marina va a destruir con explosivos el avión para que no revele sus secretos técnicos, en especial su sofisticado sistema de radar.
Sin embargo la Marina rusa, al ser interrogada por la AFP, desmintió que planeara destruir el aparato accidentado, recordando que el avión no cargaba armas y en consecuencia no representaba un peligro.