Los ciudadanos opinan que el trabajo de los guardias ha reducido el número de robos donde vigilan. No obstante, opinan que deberían realizar recorridos.

Los guardias de seguridad de las cuatro empresas privadas (Mac Security, LAAR, Sesei y Seguire S.A.) que vigilan los 40 puntos considerados críticos de Guayaquil cumplieron ayer tres meses en esa labor aunque en diferentes etapas.

La primera vez que los uniformados empezaron su trabajo fue en diciembre pasado tras la firma de un contrato entre estas compañías y la Cámara de Industrias. Esa actividad se suspendió por orden del ministerio de Gobierno, que consideró que su accionar no era constitucional.

Sin embargo, tras un acuerdo entre el presidente Alfredo Palacio y el alcalde Jaime Nebot, los 200 guardias regresaron a las calles el pasado mes de junio.

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John Garaycoa, presidente de Mac Security, sostiene que según lo acordado los guardias pueden estar en las calles entre tres y seis meses, contados desde la firma del convenio.

Considerando esto, el Municipio autorizó el pasado jueves que, a través de un comité municipal, se contrate los servicios de vigilancia y seguridad privada en los 40 puntos.

El presupuesto referencial para este servicio, por el lapso de un año, es de $1’314.134,25.

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Según el alcalde, existe una nueva licitación abierta para que las empresas de seguridad que cumplan con los requisitos puedan participar. El Municipio anunció que las bases para la licitación se publicarán desde esta semana.

Voceros de tres de las cuatro compañías confirmaron ayer que tienen previsto participar en el proceso anunciado por el Cabildo.

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Según William Garaycoa, de Sesei, durante el tiempo en que han desarrollado su labor, los guardias han recibido el apoyo de la ciudadanía, lo que permite realizar un mejor trabajo.

No obstante, no todos están conformes con el desempeño de los guardias, en especial por la imposibilidad de los uniformados de realizar recorridos en los sectores asignados. “Hemos realizado un trabajo profesional. Habrá personas que estén de acuerdo y otras que no. Bajo nuestra óptica hemos cumplido el contrato”, opina Rodrigo Peralta , de LAAR.

Los propietarios de viviendas y negocios situados alrededor de los puntos de vigilancia aseguran que la presencia de los guardias ha reducido notablemente el número de asaltos y robos en el sector.

“Aquí robaban a diario, esperaban que las personas salieron de los locales para asaltarlas, eso ha cambiado ”, comenta Denisse Reyes, quien trabaja en una importadora situada en Loja y Córdova, uno de los puntos de control.

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Pero en forma global, la cifra de delitos no tiene una disminución significativa.

SEGURIDAD

POLICíAS
Ciudadanos consultados ayer por este Diario opinaron que la labor de los policías que remplazaron a los guardias hasta junio pasado fue más efectiva. “Ellos no solo miraban sino que podían revisar a personas o carros sospechosos”, dijo Silvia de Mendieta, quien habita en las calles Argentina y José de Antepara, en el sur de la urbe.

COMPORTAMIENTO
Algunos moradores de los sectores donde se realiza la vigilancia destacaron “el buen comportamiento de los guardias”, algo que, según dijeron, los diferencia mucho de los policías.

EQUIPO
Los guardias portan revólveres calibre 38 y pistolas 9 mm y tienen la consigna de reportar anomalías a las centrales de la Policía y a los vehículos del plan Más Seguridad del Cabildo porteño que custodian 120 puntos adicionales. La vigilancia privada se centra en las zonas donde han ocurrido con frecuencia robos de vehículos con secuestro express.