Por lo menos dos personas murieron y otras doce resultaron heridas al incendiarse este lunes por la noche un edificio vetusto de París que habían ocupado ilegalmente inmigrantes africanos, anunciaron los bomberos, tres días después de un incendio que dejó 17 muertos.
El fuego se declaró poco antes de las 22H00 (20H00 GMT), por un motivo desconocido, en el hueco de la escalera de un inmueble de cinco plantas del barrio histórico del Marais (III distrito) que estaba en proceso de rehabilitación, explicaron los bomberos.
Un niño que se había lanzado por una ventana del cuarto piso murió de sus heridas en el hospital y un adulto fue hallado calcinado en el lugar de los hechos, agregaron.
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El incendio también causó dos heridos graves y diez leves.
Más de un centenar de bomberos y 30 vehículos intervinieron para sofocar las llamas, que fueron controladas en torno a las 23H30 (21H30 GMT), según los bomberos.
"En este edificio ocupado ilegalmente había 12 familias marfileñas", dijo a los periodistas el alcalde del distrito III, Pierre Aidenbaum. "Llevábamos diciendo desde hacía varios años que las condiciones de vida eran inadmisibles", aseguró, agregando que las doce familias debían ser realojadas en septiembre para hacer las obras de restauración.
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El alcalde de París, Bertrand Delanoe, visitó a personas evacuadas del edificio que están siendo atendidas por Protección Civil en un hotel cercano donde pasarán la noche.
"Hay un problema gravísimo de edificios insalubres en París", comentó.
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René Dutrey, presidente de la sociedad SIEMP, propietaria del inmueble, estimó que formaba parte de los "423 edificios más insalubres" de la capital.
Este incendio puso aún más al rojo vivo la polémica sobre la precariedad del alojamiento de los indigentes en la capital francesa.
Jean-Baptiste Eyraud, presidente de Derecho a la Vivienda (DAL), anunció la convocatoria para el sábado de una manifestación de protesta en París.
Las autoridades reconocen el estado calamitoso de algunas viviendas.
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Yves Contassot, adjunto de Delanoe, aseguró que los habitantes del edificio debían abastecerse de agua a través de un grifo situado en la calle y algunos inquilinos no habían conseguido otra vivienda para alojarse durante las obras debido a que estaban clandestinos.
"Hay que salir de esto, dejar de tratar a la gente como en el siglo XVIII", afirmó.
Bambaya Coumba, un marfileño que vivía en el edificio incendiado, regresaba a casa cuando atisbó las llamas y asegura haber visto a gente arrojarse al vacío por las ventanas.
Esta nueva tragedia se produce después de que 17 personas, incluyendo a 14 niños, murieran el viernes al incendiarse un edificio habitado por africanos en el distrito XIII de París y cuatro meses después de un drama similar en el céntrico barrio de la Opera (IX), con un saldo de 24 muertos.