El teniente coronel Fausto Bravo, ex edecán presidencial y uno de los presuntos implicados en la falsificación de las firmas del presidente, Alfredo Palacio, viajó a Perú.

Así lo confirmaron ayer el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, y el secretario de la Presidencia, Maximiliano Donoso.

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La salida de Bravo se produjo el pasado jueves por la noche vía Huaquillas (provincia de El Oro), informó Jarrín, quien ayer asistió a la ceremonia de graduación del 57° Curso de Estado Mayor de Oficiales de la Fuerza Terrestre.

Bravo, según las explicaciones oficiales no pudo ser detenido porque en su contra no existía ninguna medida cautelar que lo privara de su libertad.

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Él salió el jueves pasado de la I División de Ejército Shirys (Quito), con permiso para asistir al llamado que la Fiscalía de Pichincha le formuló para que rinda versión sin juramento, sobre el caso de falsificación. Sin embargo, nunca llegó a esa diligencia fiscal y tampoco se reincorporó a sus funciones en su cuartel militar.

Esto complicó su situación institucional quien a decir de Jarrín, está cometiendo una infracción que de sobrepasar los tres días de permiso que se le concedió, podría significarle una declaración de “abandono de banderas (deserción)”.

Donoso aseguró que la salida de Bravo del país demuestra que el oficial “cumplía un papel que dice muy poco de la honra de su uniforme y de la honra a las FF.AA.”.

Jarrín, señaló el jueves, que las Fuerzas Armadas respaldan al Ministerio Público en la investigación del caso, y por eso accedieron a que Bravo declarara.  Añadió que se harán las indagaciones “de carácter militar que permitan determinar las deficiencias en los sistemas de contrainteligencia, para evitar que actos como estos se repitan”.