El brasileño Robson de Souza, Robinho, presentado ayer como nuevo jugador del Real Madrid, en medio de un ambiente de delirio de la afición merengue, declaró sus intenciones de ser en breve titular porque dijo que está “en forma y preparado para debutar”.

En el palco de honor del estadio Santiago Bernabéu, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, acompañado por el presidente de honor del club, el argentino Alfredo Di Stéfano, dirigió una ceremonia ante unos 5.000 aficionados que ovacionaron al futbolista cuando bajó al campo de juego para mostrar sus habilidades con el balón.

“Estoy contento y satisfecho de llegar al Real Madrid, un equipo con jugadores excelentes, y de vestir esta camiseta de tanta tradición y títulos. Tengo calidad para ayudar al equipo y solo pienso en jugar bien”, dijo Robinho que luego, en rueda de prensa, insistió en que no es un “galáctico” y rehusó comparaciones con otros jugadores.

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“La presión es grande, pero llego de la selección brasileña donde también es enorme. Estoy habituado a ella y tengo muchas ganas de jugar”, enfatizó. “Quiero ser titular, es difícil porque hay jugadores internacionales, excelentes”, pero lo mismo sucede con Brasil, advirtió antes de expresar: “Espero conseguir rápido ser titular”.

El jugador de 21 años, fichado por 30 millones de dólares procedente del Santos, en su primer contacto con los aficionados exhibió su extenso repertorio de malabarismos frente a los aproximadamente 8.000 extasiados hinchas que se reunieron en las gradas del estadio Santiago Bernabéu para atestiguar  la llegada del nuevo ídolo.

La presentación del jugador generó un interés de hinchas y medios que solo se vio antes cuando su predecesor galáctico, el británico David Beckham, fichó por el club en el 2003.

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Robinho entrenará hoy con sus nuevos compañeros en La Ciudad del Fútbol y conocerá es convocdao para debutar mañana en la visita al Cádiz, en el inicio de la Liga española. De momento, la esperanza del madridismo vivió un día mágico. Robinho desató la locura.