La protesta de dos provincias de la  Amazonia terminaron cuando   se aceptaron sus demandas.

Las protestas en la Amazonia ecuatoriana debilitaron  “aún más” al presidente Alfredo Palacio, que debió ceder a las medidas de  fuerza de los pobladores para superar “parcialmente” la crisis petrolera y social en que desembocó el paro levantado el pasado jueves, opinaron analistas.

“Este nunca va a ser un Gobierno fuerte y estas protestas lo han debilitado  más, porque actuó con indecisión y sin capacidad para manejar situaciones como  esta”, afirmó el analista Simón Pachano, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

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Según el experto, durante la crisis el régimen se “hizo a un lado asegurando que la falta de obras públicas en la región de las protestas era responsabilidad de las petroleras extranjeras”.

“Eso es una barbaridad, una pérdida de soberanía y una confesión de que el  Estado no existe”, afirmó.

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Tras casi una semana de infructuosas negociaciones, los pobladores de las provincias de Sucumbíos y Orellana levantaron la protesta que iniciaron el 14 de agosto contra las petroleras extranjeras, a través de un acuerdo que  atiende parcialmente sus reclamos.

Las empresas se comprometieron a desarrollar obras viales en la zona, contratar servicios y mano de obra locales y a donar 16 puntos del 25% de las  utilidades que pagan al Estado por impuesto a la renta.

En opinión del sociólogo Adrián Bonilla, director de la Flacso, el Gobierno debió ceder a las medidas de fuerza de los manifestantes y en adelante otros  sectores lo presionarán de igual manera.

“Palacio queda vulnerable frente a eventos parecidos que puedan sucederse y con la obligación de reconocer los paros y las acciones de fuerza como medida para exigir demandas o intereses de poblaciones locales”, agregó el  analista.

“Creo que el Estado ecuatoriano queda golpeado y el Gobierno más débil  todavía”, puntualizó.
Asimismo el catedrático y experto en análisis político, Hernán Reyes, de la Universidad Andina Simón Bolívar, consideró “inadecuado” el manejo  que le dio el Gobierno a la crisis.

“Nunca estuvo muy claro el papel que jugaba el Gobierno, parecía que en momentos se convertía en un mero mediador, perdiendo su papel de autoridad”,  afirmó.

En ese sentido, coincidió en prever un “progresivo deterioro” del Gobierno de Palacio, quien asumió el poder en reemplazo de Lucio Gutiérrez, destituido por el Congreso en medio de una revuelta popular el pasado 20 de  abril.

“Con esto el Gobierno se debilita aún más porque no supo mover los hilos de  la negociación y lo único que hizo fue endurecer la represión contra los manifestantes”, indicó. 

AMAZÓNICAS

TEMA PENDIENTE
La atención a las exigencias en materia de inversión pública,  las provincias amazónicas debieron posponer su demanda en favor  de la revisión de los convenios de explotación con las petroleras.

OCCIDENTAL
Los manifestantes también pretendían obtener del Gobierno un compromiso que anulara un  acuerdo de explotación con la estadounidense Occidental (Oxy), a raíz de su entrega de derechos a la empresa canadiense Encana, sin autorización del Estado.

DECRETO REVOCADO
Horas antes de que se suscribiera el acuerdo que puso fin a la paralización, el  Congreso Nacional, por mayoría absoluta, revocó el estado de emergencia declarado por el presidente de la República, Alfredo Palacio, en Orellana y Sucumbíos y el cual regía desde hacía una semana.