Emotivo, informal, menos hábil que en la cancha pero con la misma simpatía con la que supo ganarse el corazón de los argentinos y extranjeros, Diego Maradona dio el lunes por la noche el puntapié inicial de su programa televisivo   La noche del 10, que tuvo como plato fuerte a Pelé, la leyenda brasileña del fútbol mundial.

Vestido de vaquero, saco negro y camisa informal Maradona se movió sobre el escenario casi como un experto y gambeteó con destreza las entrevistas del show que duró más de dos horas y en el que además de Pelé estuvieron presentes la ex tenista argentina Gabriela Sabatini, el ex jugador de fútbol Gabriel Batistuta y la despampanante actriz italiana María Grazia Cucinotta, entre otros.

Me sentí muy bien, el programa fue fantástico. Hoy estuve cuatro horas ensayando y creo que todo salió muy lindo, dijo Maradona durante una conferencia de prensa a la que asistieron más de 300 periodistas de todo el globo, que siguieron el espectáculo desde una carpa montada cerca del estudio a través de una pantalla gigante.

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Miedo no tuve, sí tuve nervios y sentí como un escalofrío en la boca del estómago, pero las piernas no me temblaron, agregó.

Escoltado en la conducción por el ex arquero Sergio Goycoechea, con quien alcanzó la final del mundial de fútbol de Italia 1990, Maradona logró imprimir su calidez al programa, que se convirtió en una charla entre amigos.

Visiblemente emocionado, Maradona arrancó el programa agradeciendo a sus seres queridos el cariño que le hizo posible superar su confesa adicción a la cocaína que lo puso al borde de la muerte en 2000 y 2004 por problemas cardiacos.

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Quiero agradecer a mis hijas por como estoy. Lo mío no es un milagro, lo mío es amor por Dalma y Gianina (sus hijas), mi mamá, mi papá y todos lo que me acompañaron cuando estuve mal, dijo el ex astro mientras desde la primera fila su padre lo miraba entre lágrimas.

Goycoechea, quien desde hace años conduce programas en la televisión local, fue la compañía perfecta para Maradona que, pese a estar acostumbrado a las cámaras, se mostró inquieto durante los primeros minutos del programa.

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Maradona recibió a sus invitados en medio de una gigantesca escenografía con plataformas móviles y pantallas gigantes.

Sabatini, Batistuta, el cantante Diego Torres y el actor argentino Ricardo Darín ya se encontraban sentados en el estudio cuando arribó Cucinotta bordo de un Porsche plateado.

Maradona, que hizo las veces de traductor, bailó un vals junto a la escultural actriz con la que intercambió elogios.

El show también incluyó varios momentos emotivos de la mano de algunos admiradores y juegos con el público por premios en efectivo y electrodomésticos.

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El rey Pelé

El momento más caliente de la noche fue, como se esperaba, la participación de Pelé, con quien en el pasado Maradona sostuvo intensos duelos verbales.

El Rey en la noche de Dios fue el eslogan, en referencia a sus respectivos apodos, del encuentro en el que ambos jugadores dejaron sus diferencias de lado y se atrevieron a hablar de todo.

¿Cuánto hace que estás ensayando el programa, un año?, le dijo Pelé entre risas festejando la destreza con que Maradona llevó adelante el show.

En una charla distendida y amistosa los jugadores recorrieron algunos momentos de sus respectivas carreras y se comprometieron a trabajar juntos para que el fútbol llegue a los países más pobres.

Maradona se compró el cariño de Pelé al ofrecerle su ayuda en el difícil trance que atraviesa su hijo, detenido en Brasil por tráfico de drogas, y entre ambos se robaron los aplausos del público al recordar el partido entre Argentina y Brasil durante el Mundial de Italia 1990 en el que, según confesó tiempo atrás Maradona, el agua de los brasileños fue contaminada con somníferos para asegurarle un triunfo a Argentina.

Se dice el pecado pero no el pecador, le contestó Maradona a Pelé, que quiso saber quién había sido el autor de la pesada broma.   Yo no necesité nunca dormir a nadie para ganar un juego, añadió.

Sobre el cierre de la entrevista Pelé mostró su faceta artística y cantó con una guitarra una canción de su autoría dedicada a los fanáticos del fútbol, gesto que Maradona retribuyó entonando un tango a capella.

Luego ambos jugaron un   picadito y se intercambiaron sus respectivas camisetas.

Para el próximo programa, Maradona prometió contar los secretos de la   Mano de Dios, el famoso gol que convirtió durante el partido entre Argentina e Inglaterra en el Mundial de México 1986 en que el equipo albiceleste se consagró campeón.