Las autoridades colombianas aún no logran controlar la crisis humanitaria en el departamento de Putumayo (sur) causada por una escalada violenta de las FARC y operativos militares contra esa guerrilla, mientras investigan denuncias sobre una masacre de 28 civiles.

El gobernador de Putumayo, Carlos Palacios, confirmó este domingo a la AFP  el hallazgo de los cadáveres de dos personas del grupo de 28 que, según  pobladores, fueron asesinadas en los últimos días por paramilitares de extrema  derecha en la localidad de La Dorada (fronteriza con Ecuador).

Palacios señaló que las autoridades investigan el paradero de los demás  campesinos, aunque aclaró que oficialmente se tiene conocimiento de once  desaparecidos. "Se habla de 28, pero sólo tenemos certeza de los once que están  reclamando sus familiares", dijo.

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"Los rumores indican que un guerrillero se entregó a los paramilitares y  está delatando a los supuestos colaboradores de las FARC. Pero la gente no  quiere dar detalles por temor a ser asesinada", comentó el funcionario.

Según el gobernador, los campesinos sindican de la matanza al Bloque  Central Bolívar, comprometido en un proceso de paz con el gobierno como parte  de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Putumayo es escenario de una escalada de ataques de las FARC, con saldo de  una treintena de muertos en el ultimo mes, y de operativos contra esa guerrilla  en un área fronteriza con Ecuador donde, según el gobierno, se encuentra el  numero dos del grupo rebelde, Raúl Reyes.

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Esa situación mantiene sin luz a ocho de los 13 municipios del departamento  por la voladura de dos torres eléctricas, y causa un desabastecimiento de víveres y combustible por la destrucción de un puente y un paro armado de la  guerrilla que completó once días.

En cumplimiento de esa medida, los rebeldes prohíben el tránsito por  carretera y quemaron seis vehículos, en tanto que balearon dos y dinamitaron  varios tramos del oleoducto Trasandino, lo que deja pérdidas por unos 11.000  millones de pesos (4,8 millones de dólares), según el gobernador.

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El gobernador Palacios afirmó que la situación sigue siendo crítica pese a  que el gobierno llevó 12 toneladas de ayuda humanitaria y a que este domingo  llegaron 10.000 galones de gasolina a Mocoa, capital de Putumayo, en tres  camiones escoltados por unos 120 militares.

"Esta ayuda alivia un poco la crisis, pero la situación sigue siendo  crítica. El desabastecimiento continúa y es particularmente grave en las zonas  rurales. Además, los conductores siguen temerosos de salir a las vías a pesar  de que la fuerza pública garantiza la seguridad", anotó.

Tras la llegada del combustible a Mocoa (900 km al sur de Bogotá), los  habitantes hicieron largas filas para aprovisionarse en las estaciones de  servicio, bajo la vigilancia del Ejército, constató la AFP.

El gobernador dijo que una de las situaciones más complejas se presenta por  el éxodo de cientos de campesinos hacia Ecuador y pueblos vecinos, donde  "buscan alimentos, combustible y protección".

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Según él, unos 500 desplazados se encuentran en el centro urbano de Orito y  200 más en Mocoa.

"Temen que al desplazarse a los cascos urbanos sean asesinados por los  paramilitares, que suelen acusarlos de guerrilleros", señaló el mandatario.

Palacios dijo también que los combates persisten en varios puntos, siendo  los más fuertes en la frontera, y que la reparación de las torres ya se inició,  pero que el servicio de luz recién se restablecería en una semana.

"En el momento menos esperado sale la guerrilla y ametralla a la fuerza  pública, hay combates todos los días, pero los más fuertes son en la frontera",  precisó el funcionario, mientras visitaba a un grupo de soldados heridos en un  hospital de Mocoa.

El gobernador propuso la conformación de un comité civil, con participación  de organismos internacionales y de la Iglesia católica, para que interceda ante  los grupos armados en procura de que cese la violencia. "Necesitamos esa ayuda  porque la población civil no aguanta más", expresó.