El error policial al acribillar a un brasileño  elevó al debate la franja    entre los DD.HH. y la seguridad civil.

Luego de haber aceptado el error de haber matado a un inocente, la policía británica defendió ayer su política de “disparar a matar” contra supuestos suicidas de atentados masivos.

Esta posición surgió luego de abatir por error a un electricista brasileño en el operativo de captura de cuatro sospechosos de los atentados del pasado jueves 21 contra la red de transportes de Londres.

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Brasil pidió una explicación después que la policía disparara a Jean Charles de Menezes, de 27 años, en una estación del metro. “Aun en la lucha contra el terrorismo tenemos que tener cuidado de evitar la pérdida de vidas inocentes, como ha ocurrido”, advirtió el canciller de Brasil, Celso Amorin.

Parientes de Menezes, ejecutado por la policía en Londres al ser confundido como causante de los atentados, se preguntaron ayer acongojados y furiosos por qué fue muerto en un lugar donde se les había dicho que estaría seguro.

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El jefe de Scotland Yard Ian Blair, al responder si las órdenes eran disparar a los supuestos suicidas, dijo: “... todavía hay oficiales que tienen que hacer esos requerimientos mientras hablamos. Alguien más podría ser disparado”.

Blair expresó que Menezes había salido de un apartamento bajo vigilancia e ignoró las órdenes de detenerse.

Testigos dijeron que Menezes fue seguido por la policía hasta dentro de uno de los vagones del tren, lo colocaron en el piso y le dispararon a quemarropa cinco veces a la cabeza y el torso.

“Estoy furiosa con la policía. Cómo pueden matar a trabajadores?, dijo la madre de Menezes, María, llorando al lado de parientes que intentaban consolarla. Esto es un dolor que nada nunca va a curar, dijo.

El padre de Menezes, Matzinhos, afirmó que le había dicho a su hijo que podía ser peligroso vivir en Inglaterra, pero el joven electricista no le hizo caso a sus preocupaciones.

“No hay violencia”, le había respondido Menezes a su padre el verano pasado durante una visita de cuatro meses a su pueblo natal. “Allá se está bien, nadie anda armado”, dijo.

Otras personas en el pueblo aseguraron que Menezes era católico. No, no tenía nada que ver con el islamismo, dijo en Gonzaga el agente policial Agostino Ferreira Rosa.

Menezes creció en una pequeña casa al final de un camino de 20 km de Gonzaga, a 800 km de Sao Paulo.

Parientes de Menezes dijeron que él desde los diez años asistió a una escuela técnica para convertirse en electricista. Después de no conseguir trabajo en Gonzaga, decidió irse al exterior para conseguir dinero y mejorar su vida.

Mientras, familias de las víctimas de los atentados del pasado jueves 7 visitaron ayer los lugares donde sus seres murieron o fueron heridos por bombas. Ellas fueron a las estaciones de metro de Aldgate, Edwgare Road y Russell Square y a la plaza de Tavistock.

LA VÍCTIMA

De Minas Gerais
Jean Charles de Menezes, de 27 años, era originario de la provincia de Gonzaga, en el estado brasileño de  Minas Gerais (sudeste de Brasil). Llevaba unos tres años viviendo en el Reino Unido.

Con cinco tiros
El brasileño fue abatido de cinco disparos a la cabeza por agentes de la policía  metropolitana en la estación de Stockwell, en el sur de Londres, que está cerca de la de Oval.

Coincidencia
Menezes fue acribillado en el sitio donde el jueves pasado, día de los atentados, un hombre dejó una mochila con un artefacto  explosivo que no llegó a estallar.

Orden de detenerse
Según la policía, la víctima no acató la orden de detenerse.