Los atentados de Londres volvieron a poner en primer plano a Pakistán, donde el extremismo islámico florece pese a los logros de las autoridades contra la red terrorista Al Qaeda.

La red de escuelas coránicas (madrasas) paquistaníes, donde el martes pasado se detuvo a decenas de militantes islamistas, ofrece educación gratuita a millones de jóvenes, pero también alberga escuelas de la Yihad (guerra santa) contra Occidente.

Existen  más de 10.000 escuelas coránicas que dan gratuitamente (a un  millón y medio de menores entre 5 y 18 años) una enseñanza basada en el islam, indispensable en una de las doce naciones   que destinan a la educación menos del 2% de su Producto Interno Bruto.

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Con la invasión soviética en Afganistán en 1979, Pakistán se convirtió en la base de la Yihad antisoviética y miles de combatientes fueron formados ideológicamente para la guerra santa en esas escuelas.

Muchos combatieron en Cachemira y en la violencia entre sunitas y chiitas en Pakistán que dejó unos 4.000 muertos en la década del 90. El movimiento talibán fue integrado por reclutas de las madrasas paquistaníes.

Al menos dos de los terroristas suicidas de Londres visitaron en algún momento el centro Darul Uloom Haqqania, en la localidad de Akora Khatak, cerca de Peshawar, una de las principales instituciones de enseñanza islámica en Pakistán, afirmó el diario británico The Times, que lo llamó “Universidad de la Yihad (guerra santa)”.

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El presidente de Pakistán,  general Pervez Musharraf, admitió que algunas madrasas están implicadas en actos terroristas, pero destacó que el islam es una religión que promueve la paz.