La noche del lunes pasado los presos del Centro de Rehabilitación Social de Loja  provocaron actos violentos como quema de mesas, sillas y otros objetos, además de tumbar una de las puertas de seguridad del centro carcelario.

El objetivo era respaldar la decisión adoptada por todas las cárceles del país, según lo afirmó Carlos Caro, líder actual de la medida.

“La población requiere urgentemente además la restauración de sus visitas. No queremos que se deje ingresar nuevos prisioneros ni se deje salir a detenidos para audiencias” dijo Caro.

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Los presos piden además la renuncia inmediata del director del centro,  José Julián Zapata. “En su administración han existido delitos dentro del centro, fugas y hasta muertes” afirmó Caro.

La Policía Nacional implementó un operativo de requisa de armas y restauración del control, por eso rodeó el centro ayer por la mañana.  “El objetivo es restaurar el control dentro de la cárcel aunque no se ha terminado la medida de hecho”, dijo Galo Acosta, a cargo del operativo de la Policía.

Añadió que la seguridad corría riesgo, pues en más de un mes han estado sin control de guías. Además se descubrió la construcción de huecos que en algún momento habrían sido utilizados para huir.

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Las condiciones del centro son infrahumanas. En  varias celdas  en las que caben cuatro o cinco camas se ubican hasta doce personas.