La transición chilena a la  democracia “ha concluido”, afirmó ayer el presidente chileno Ricardo Lagos, luego de que el país se liberó de la Constitución Política heredada de la dictadura del general Augusto Pinochet, tras las reformas que aprobó el Senado.

Las 58 enmiendas a la Carta que Pinochet (1973-1990) dictó “a su medida” hace 25 años serán ratificadas por la Cámara de Diputados y el Senado el 16 de agosto.

Las normas aprobadas el miércoles reducen de seis a cuatro años el periodo presidencial, eliminan los nueve cargos de senadores designados sin votación popular que habían sido establecidos por el régimen de Pinochet y devuelven al  Presidente de la República la facultad de remover a los altos jefes de las  Fuerzas Armadas.

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Además modifican al Consejo de Seguridad Nacional para convertirlo en un órgano consultivo y no resolutivo y disminuye la edad para postular a la presidencia de 40 a 35 años.

Es el segundo conjunto de reformas a la Constitución de Pinochet, después de que en julio de 1989 los partidos que hoy forman la coalición centroizquierdista de Lagos alcanzaron un acuerdo con el régimen militar y la  derecha que lo apoyaba para una mayor apertura en las disposiciones constitucionales.

Siete años después del golpe que lo instaló en el poder y culminó con el suicidio del presidente socialista Salvador Allende, el 11 de septiembre de  1973, Pinochet dictó la Constitución de 1980 para consolidarse en el poder, pues hacía a los militares “garantes” de la democracia.

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Derrotado en el plebiscito, el 5 de octubre de 1988, Pinochet convocó a una elección presidencial, que en diciembre de 1989 selló el fin de la dictadura y el comienzo de los gobiernos de la Concertación Democrática de centroizquierda.