El huracán Emily pasó entre el miércoles y ayer por el Caribe oriental, dañó edificios y residencias, bloqueó calles y provocó deslizamientos de terreno pero sin dejar muertos,  según los primeros informes de las agencias de emergencia de la región.

A su entrada al Caribe por las Antillas Menores, Emily azotó con vientos de  150 km/h, como un huracán categoría 1 en la escala Saffir-Simpson (de 5), a  Barbados, Trinidad y Tobago, San Vicente y Las Granadinas, antes de salir por  Granada ayer en la madrugada.

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A las 16h00 (de Ecuador) se había convertido en un huracán mayor, categoría 3, en  ruta a Jamaica, por donde debe pasar entre esta noche y la madrugada de mañana, y a la península de Yucatán (este de México), según el Centro  Nacional de Huracanes (CNH) con sede en Miami.

Emily llevaba vientos de 185 km/h y estaba ubicado a 720 km al sureste  de Santo Domingo, cuya costa suroeste está bajo alerta de tormenta hasta Haití,  según el último boletín del CNH.

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Jamaica está sobre una vigilancia de huracán, lo que significa que podría  sentir los efectos de Emily en 36 horas, aunque se espera que pase bastante al sur.

Es más incierta su ruta hacia la península de Yucatán, adonde podría llegar  el domingo por la noche, según el pronóstico, aunque es temprano aún para  confirmarlo.

En Granada, la isla que más preocupaba a las autoridades, la tormenta arrancó algunos techos  y otras residencias resultaron dañadas, según informes de la Agencia Caribeña de Respuestas a Emergencias y  Desastres, con sede en Barbados.

En la isla de Tobago, al sureste de Granada, casi la mitad de la población  se quedó sin electricidad, algunas residencias se dañaron y hubo deslizamientos de terreno.

Emily es el segundo huracán del año en el Atlántico, luego de Dennis, que  dejó 62 muertos en Haití, Cuba, Estados Unidos y Jamaica.