Nueva York, Madrid, Oriente Medio y ahora Londres: los límites de la prensa son cuestionados después de cada atentado, aunque en el caso británico, los periodistas tuvieron un acceso muy restringido y las imágenes difundidas no hieren la sensibilidad del ciudadano.

De los atentados de Londres, en los que murieron al menos 50 personas, no han llegado fotos de cuerpos ensangrentados ni cadáveres mutilados como se ven casi a diario de Iraq.

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Los medios no pudieron acercarse a las vías del metro donde estallaron las bombas, las zonas fueron perfectamente acordonadas, los responsables de los hospitales tienen prohibido hablar con la prensa y las informaciones oficiales son mínimas.

“Sin duda, la ausencia de imágenes truculentas influyó en el estado de ánimo de la población”, analiza el diario español El Mundo, comparando los atentados de Londres con los de Madrid.

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Hasta el diario más sensacionalista del país, The Sun optó por la mesura y siguió la línea editorial del resto de periódicos: los atentados no conseguirán destruir a los británicos.

Titulaba The Sun, ‘56 minutos de infierno, un túnel de sangre’,  colocando en su portada el rostro de un herido y un autobús semidestrozado por una bomba. Es la imagen más dura publicada por la prensa tras estos atentados.

El resto de diarios optó por colocar una cinta negra en su primera página como homenaje a las víctimas o mensajes de fortaleza. “Los británicos no seremos derrotados”, asegura el Daily Express.

‘Al Qaeda trae el pánico al corazón de Londres’, tituló el Daily Telegraph, mostrando en su portada a un joven que atiende a una anciana. ‘Determinación tras atentados cobardes‘, subraya el editorial del Times.

La política es parecida a la aplicada en EE.UU. tras los atentados del 11 de septiembre del 2001, cuando fueron prohibidas ciertas imágenes de las Torres Gemelas, o más reciente en Iraq.

Desde hace meses, el público de EE.UU. ya no cena con imágenes de funerales de soldados muertos en Bagdad.

En el caso de Londres, los reportajes se basan en informes de testigos o periodistas que por casualidad estaban cerca de la masacre.

Un día después de la tragedia, cuando cadáveres siguen atrapados en los túneles del metro, periodistas buscan desesperadamente darle un rostro humano al atentado.

En tanto que en  el 11-M, aquel día Madrid se despertó a bombazos con las imágenes más descarnadas y duras. Allí no hubo autocensura, sino que se confundió información con morbosidad.

Y es que los británicos están acostumbrados a protestar cuando la prensa reproduce imágenes o contenidos que creen inapropiados.

22 HERIDOS GRAVES
de los 700 que se han reportado se encuentran asilados en diversos hospitales de Londres. El número de muertos (50) podría aumentar.

56  MINUTOS DURÓ EL LAPSO DE ATAQUES
de las cuatro bombas que comprendió la serie de atentados terroristas. Tres se produjeron  en los subterráneos del metro y una en uno de los autobuses de dos pisos.