Nigeria será el rival de Argentina en la final del Campeonato Mundial Sub 20 de Holanda, después de derrotar por un contundente 3-0 a Marruecos en un encuentro en el que los centroafricanos hicieron valer su superioridad física y mayor convicción para conseguir la victoria.

Nigeria trató de imponer su ritmo alocado desde el pitazo inicial, un arma que el equipo dirigido por Samson Siasia ha convertido en este campeonato en un estilo de juego que margina toda rigidez táctica.

Ante  ello, los marroquíes apostaban por tapar las incursiones rivales con serenidad y control del juego; es decir, con un fútbol totalmente antagónico, para lo cual era vital la implicación de sus dos hombres más talentosos, Tiberkanine y El Zhar, quienes supieron leer perfectamente los primeros compases del encuentro.

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No obstante, el empuje, la fuerza, rapidez, ímpetu y hasta la anarquía de las águilas nigerianas se convirtieron en un vendaval casi incontrolable.

Primero avisaron con lanzamientos lejanos que apenas pusieron en peligro la meta de Bourkadi; y luego llegaron dos amenazas explícitas, primero en un libre directo de Taiwo y después con un balón muerto en el punto de penalti que Owoeri lanzó a la grada.

La insistencia tuvo su premio en el minuto 34. El gol sirvió para despertar a los norteafricanos, muy inocentes en defensa y precipitados en ataque. Tras el descanso Marruecos salió en busca del empate; sin embargo, Nigeria anotó dos veces más y el guión de la primera parte se repitió.