Ciento sesenta y siete barcos de guerra de 35 países, con unos 30 mil marineros,  a los que pasó revista la reina Isabel II de Inglaterra, participaron ayer en una parada para recordar el bicentenario de la batalla de Trafalgar.

El desfile naval, el mayor desde la II Guerra Mundial, duró tres horas y se celebró en la bahía de Portsmouth, ante unas 250.000 personas, muchas con prismáticos, para no perderse el espectáculo.