Decenas de familias se reunieron ayer en diversos sitios de la ciudad para celebrar el Día del Padre.
Entre sentimientos de alegría, añoranza y hasta de soledad, los hijos festejaron a sus progenitores.
Restaurantes, bares, centros comerciales y otros lugares de la urbe, como el Malecón 2000 y del Salado, recibieron masivas visitas familiares.
Algunos restaurantes estuvieron copados, incluso hubo gente que tuvo que esperar hasta dos horas para ingresar a ciertos locales.
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Para algunas personas la falta de dinero no fue una excusa para compartir momentos con sus seres queridos.
La familia de Roberto Lara aprovechó la transmisión, en la explanada del parque Forestal, de un programa concurso, para pasar el día. Otros decidieron hacer paseos en el estero Salado.
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Un momento de unión familiar se evidenció desde la madrugada de ayer en las calles de Guayaquil. Padres e hijos disfrutaron instantes de amor y felicidad al festejar el Día del Padre.
Restaurantes, centros comerciales, parques y viviendas fueron centros de reunión para hijos y padres, que paseaban de la mano, sonrientes y entre gestos de afecto. Pero hubo quienes, en la soledad del cementerio, también encontraron el sitio de encuentro con sus progenitores.
De cuclillas, frente a la tumba de su padre, estaba Saúl Peralta, orando por Édgar. “Mi papá se me fue hace tres años, lo extraño, me hace falta”.
Mientras, en los exteriores del camposanto, Julio Guamán y su hijo Santiago, de 10 años, vendían agua en botella. “Hoy ha sido uno de mis mejores días, no por las ganancias, sino porque mi hijo no me dejó venir solo y como no me pudo comprar nada, él me dijo que hoy (ayer) trabajaría junto a mí y ese sería mi regalo”, comentó.
Para otros la falta de dinero no fue pretexto para no pasarla bien. Roberto Lara, junto a sus dos hijas, Valeria y Carla, de 8 y 6 años, y su esposa aprovecharon el programa concurso del Pozo Millonario, en el parque Forestal, para observar el espectáculo que se presentó en el lugar. “Somos pobres, no tenemos dinero para salir a pasear. Mi esposa y mis hijas me sacaron de la casa y me trajeron acá para celebrar mi día, me estoy divirtiendo mucho”, contó Lara, mientras hacía una reflexión con una sonrisa . “Hay gente que se preocupa por las cosas materiales y no le dan tiempo a su familia porque dizque no hay plata; en mi bolsillo solo tengo un dólar para el bus, sin embargo, estamos felices viendo el show”.