El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, anunció ayer que se va de Nicaragua con “preocupación” por no haber logrado reactivar el diálogo entre el gobierno y la oposición.

Según Insulza, la negativa al diálogo puede desembocar en una crisis entre los poderes.

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El ex ministro chileno presentará mañana un informe de su misión de cinco días, al Consejo Permanente de la OEA, pero no descartó regresar “en los próximos días”.

El objetivo de la misión de la OEA era ayudar a encontrar una solución al enfrentamiento entre el Ejecutivo y Legislativo por una reforma constitucional aprobada hace ocho meses por el Parlamento que limita los poderes del presidente Enrique Bolaños.

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La situación se agravó esta semana cuando la Contraloría (Fiscalía) pidió al Parlamento, por segunda vez en un año, la destitución del presidente por desacato a la Constitución.

Insulza dijo que en Nicaragua “la voluntad está pero falta la actitud de diálogo” y llamó al gobierno, al Frente Sandinista de Liberación Nacional y al Partido Liberal Constitucionalista a  “hacer sacrificios y entablar un diálogo nacional”.

Comicios o referendo
El ex presidente de Nicaragua y líder sandinista, Daniel Ortega, propuso el sábado anticipar las elecciones presidenciales para noviembre, un año antes de lo previsto.

La propuesta de Ortega, que aspira a ser reelecto en los comicios, se hizo tras conocerse una iniciativa de Bolaños, de convocar un referendo en noviembre sobre las reformas parciales a la Constitución -motivo de la crisis- y una elección a una asamblea constituyente el próximo año.