La guerrilla separatista islámica, que ha sufrido duros golpes en los últimos meses, mató a al menos siete policías rusos en un emboscada en las montañas del sureste de Chechenia, informaron este viernes fuentes policiales de esa república rusa en el Cáucaso Norte.
 
Un portavoz del ministerio del Interior chechén dijo a la agencia Interfax que el ataque se produjo pasado el mediodía de ayer, jueves, cuando una granada anticarro impactó de lleno en un vehículo policial todoterreno.
 
De acuerdo con la primera versión ofrecida por las autoridades chechenas, el disparo de la granada fue efectuado desde un bosque próximo a la carretera que comunica las localidades de Kurchalói y Avturi.
 
Más tarde, el fiscal de Chechenia, Vladímir Kravchenko, precisó que los policías se habían detenido junto a la linde del bosque y que también fueron tiroteados con fusiles automáticos.
 
Seis agentes murieron en el acto y uno de los dos que resultaron heridos falleció poco después.
 
Según los médicos, la vida del único sobreviviente a la emboscada, el conductor del vehículo, no corre peligro.
 
El todoterreno, un UAZ, de producción rusa, "prácticamente había llegado a un puesto de control carretero cuando cayó en la emboscada", dijo Kravchenko.
 
"Este ataque es una demostración más de que hay que ser más rigurosos en lo que se refiere a las medidas de seguridad, en particular las personales", dijo el fiscal, citado por la agencia oficial rusa Itar-Tass.
 
Los siete agentes de policía muertos pertenecían a un destacamento de la región de Tver, en la parte europea de Rusia, que había sido enviado en comisión de servicio a la república norcaucásica y que tenía previsto regresar a su cuartel el próximo día 15.
 
Kravchenko calificó el ataque guerrillero como "uno de los actos terroristas más graves ocurridos en los últimos meses" en el territorio de Chechenia.
 
Fuentes policiales locales atribuyeron la autoría de emboscada a un grupo guerrillero al mando de Sultán Guelisjánov, quien durante el gobierno separatista de Yojar Dudáyev, el primer presidente chechén muerto en una ataque con misiles en 1995, encabezó los servicios de seguridad del distrito de Kurchalói.
 
Según Kavkaz Center, una de las páginas digitales de los separatistas islámicos, los pasados días 7 y 8 las "tropas de ocupación rusas" sufrieron otras 23 bajas mortales en distintas regiones de Chechenia.
 
Como es habitual, Moscú no comentó el parte militar de la guerrilla, que a juzgar por los últimos acontecimientos en el sureste de Chechenia, ha reactivado sus acciones armadas contra las tropas federales después de haber encajado enormes reveses.
 
El pasado ocho de marzo las fuerzas de seguridad rusas descabezaron la guerrilla separatista chechena con una operación especial en la que murió el líder de los secesionistas, Aslán Masjádov, antiguo coronel del ejército soviético elegido presidente de Chechenia en 1997 en unas elecciones reconocidas por Moscú.
 
La desaparición de Masjádov, al que el Rusia deslegitimó en 1999, fue considerada por los militares rusos como la mejor prueba del éxito de la política que el Kremlin lleva a cabo en Chechenia, y que resume con la frase de "terrorista que no se rinde, terrorista muerto".
 
Moscú insiste en que no hay diálogo posible con la guerrilla separatista, que no sea para su rendición incondicional, y continúa la creación de las instituciones chechenas dentro de la Constitución de Rusia.
 
Para el próximo mes de noviembre han sido convocadas elecciones parlamentarias en la república norcaucásica, comicios que, según el Kremlin, constituirán un avance decisivo en la normalización de la situación.
 
El conflicto se prolonga desde 1994, con un tregua entre 1996 y 1999, y se ha cobrado decenas de miles de víctimas mortales, en su mayoría civiles.