La política económica que ha llevado nuestro país durante los últimos 25 años ha respondido a lineamientos que se sustentan en medidas de corte monetaristas y fiscales, con manipulación del tipo de cambio y emisiones inorgánicas de dinero –antes de la dolarización– completándose con el endeudamiento agresivo que desde el gobierno militar se acuñó, y la sumisión a los organismos internacionales, al margen de las necesidades de la sociedad.
Ese conjunto de lineamientos se ha manejado en el contexto de un crecimiento y entrabamiento burocrático desmesurado, centralismo profundo, crecimiento descomunal del gasto improductivo, galopante corrupción en las Funciones del Estado, y de una voraz traslación de recursos de la sociedad civil al Estado.
Hoy, el Gobierno, por intermedio del Ministro de Economía y Finanzas plantea una visión fresca e inédita para el país, apartándose del manejo tradicional que tanto nos ha perjudicado.
Publicidad
A más de destacar la importancia de destinar los recursos que hoy se acumulan en el Feirep para impulsar la producción, empleo, tecnología y desarrollo social, propone que eliminaría el anuncio de asignar recursos para recomprar papeles de la deuda ecuatoriana; política que únicamente ha favorecido a los grupos económicos nacionales y extranjeros, bancos nacionales y a sus dueños tenedores de papeles de esa deuda.
La propuesta ha desatado la reacción contraria de interesados que se identifican con esos tenedores de deuda.
El Gobierno debe estar atento a no dejarse vencer por las intrigas que esos grupos de poder de siempre, traten de armar para descalificar al Ministro de Economía y volver a los privilegios acostumbrados.
Publicidad
La ciudadanía y la prensa deben estar atentos para que esa reforma anunciada que se enviará al Legislativo, no sea frustrada por presiones de grupos poderosos que se sientan afectados.
Eco. José Larrea García
Guayaquil
Publicidad
Estoy, como muchos afiliados, muy preocupado por la propuesta de los ministros de Finanzas, y Energía, para la inversión de los recursos de los afiliados al IESS en las petroleras, pues, ¿por qué invertir en una empresa estatal que se maneja con sindicatos que cobran leoninas canonjías por conquistas laborales? ¿Acaso quieren terminar de pulverizar los recursos de los afiliados?
Los recursos de los afiliados que se prestaron al Estado en sucres en el momento en que el país se dolarizó, el Estado los pretende convertir al tipo de cambio actual, es decir a razón de $ 25.000 por cada dólar, cuando en la Trole I en la disposición transitoria se dice que la conversión debe realizarse al tipo de cambio de la fecha de transacción, pero a pesar de que se nos está perjudicando a los afiliados el Estado no paga ni un centavo de dólar de esta deuda que tiene décadas de mora; sin embargo, ya está tratando de que el dinero que está improductivo en el Banco Central sea invertido en esta petrolera.
¿Por qué mejor el Congreso aprueba en segunda instancia la devolución de los fondos de reserva de los afiliados cada cuatro año, para que no suceda lo que unos cuantos buitres enquistados en el IESS han hecho siempre: cobrar préstamos quirografarios, cesantías, fondos de reserva..., alterando firmas de los afiliados que no tienen movimientos en sus cuentas? ¿Por qué el IESS no revisa a qué cuentas bancarias fueron depositados esos préstamos? Se supone que el IESS exige una cuenta bancaria a nombre de los beneficiarios para acceder al préstamo.
Afiliados, no nos dejemos arrebatar nuestro dinero, exijamos que estas inversiones estén bien definidas en un fideicomiso que estipule con claridad que los que suscriben dicho documento sean garantes solidarios de las petroleras, que los rendimientos se entreguen al IESS año a año y no se dejen acumular valores, y en caso de un atraso en los pagos que se dé por finalizado el fideicomiso y devuelva inmediatamente el capital prestado más los intereses que se hayan generado a la fecha de terminada la relación contractual.
Publicidad
Francisco René Alcívar Villegas
Guayaquil