Tras permanecer cinco días en la isla, a las 14h20 de ayer zarpó el grupo en el buque de la Armada.

La tortuosa odisea para los 88 emigrantes, entre ellos 45 ecuatorianos, que estuvieron a punto de perder la vida en el mar al ser abandonados por los coyotes, terminó ayer cuando a las 14h00 se embarcaron en el buque ecuatoriano Calicuchima que los recogió en la Isla del Coco, adonde llegaron rescatados por miembros de la ONG MarViva.

El capitán Julio Cabrera, quien comanda el Calicuchima, en un escueto informe señaló a la Base Naval que la nave arribó a las 10h00 a la isla y tras los trámites correspondientes con las autoridades costarricenses partió con los emigrantes ecuatorianos y peruanos rumbo a Ecuador, dijo Hugo Álvarez, oficial de la Armada ecuatoriana.

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Señaló que debido a dificultades “porque el mar estaba bravo” el barco se demoró dos horas en el arribo.

Añadió que el informe no reportó ninguna novedad referente al remolque de la embarcación Eloy Alfaro en la cual viajaban los frustrados emigrantes y que era motivo de preocupación en la isla por la amenaza de daño ambiental por el derrame de diésel.

Antes del arribo del Calicuchima, la autoridades en la isla señalaron que la situación era de completa tranquilidad y que los emigrantes jugaron un partido de fútbol en la playa la tarde del miércoles.

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Los 88 aventureros llevados por un grupo de entre 6 y 8 coyotes partieron el 25 de mayo pasado desde Montañita con el sueño de seguir la ruta por mar hacia Guatemala, continuar el viaje por tierra a México y llegar a EE.UU.

Por ese viaje pactaron en cancelar entre dos y tres mil dólares iniciales a los traficantes de personas y otros siete mil al llegar a territorio estadounidense.

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El sueño se frustró para los viajeros cuando a cinco días de viaje el barco se averió y con el engaño de que se acercaban guardacostas fueron encerrados por los coyotes en la bodega donde se guarda el pescado. Al darse cuenta, nada pudieron hacer para impedir la huida de los tripulantes quienes se llevaron los equipos de navegación.

En medio de la desesperación, entre las mujeres surgió la idea de colocar un mensaje con el pedido de auxilio en una botella, la que cayó en las redes de un pescador, el cual contactó por radio con guardias del parque de la isla, quienes, a su vez, llamaron a la organización ecologista MarViva, cuyos funcionarios hallaron a los náufragos la madrugada del domingo pasado, tras estar nueve días a la deriva.

Los suramericanos fueron trasladados a la  Isla del Coco, de exuberante vegetación, ubicada a 600 km al suroeste de la costa pacífica de Costa Rica, que está deshabitada y es un Parque Nacional declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.