Los holandeses se sumaron ayer al rechazo de Francia hacia la primera Constitución de la Unión Europea.

La votación fue influida por el temor a la admisión de Turquía, nación musulmana, y a que se socave su tradicional tolerancia hacia la marihuana, la prostitución y la eutanasia.

Los holandeses rechazaron ayer por abrumadora mayoría la primera Constitución para la Unión Europea (UE), admitió el primer ministro democristiano Jan-Peter Balkenende, en lo que podría ser el revés definitivo para el documento, que el domingo fue rechazado también por Francia.

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Menos de una hora después del cierre de las urnas, Balkenende anunció la derrota de su campaña por ratificar la Constitución, y dijo que el gobierno respetaría los resultados del voto negativo.

“Naturalmente que estoy muy decepcionado”, acotó en  una declaración televisiva.

El canal NOS expresó previamente que el electorado holandés había rechazado el proyecto por un 63% de votos en contra y 37% a favor, según una encuesta de la firma Interview-NSS que abarcó a miles de votantes en 23 centros de sufragio. La concurrencia a las urnas fue del 62%, superior a todas las expectativas.

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Al igual que en Francia, los izquierdistas holandeses temían la posibilidad de que una Europa más unificada logre debilitar las legislaciones sociales.

Mientras, la derecha temía perder el control de la corriente inmigratoria.

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El Parlamento holandés se reúne hoy para debatir los resultados del plebiscito y aunque el resultado no es de obligatorio acatamiento del gobierno, este había anunciado que no contrariará la decisión ciudadana.

El rechazo de Francia y Holanda, ambos países fundadores de la Unión, al proyecto de Constitución europea fue un claro indicio de que la integración continental ha tropezado con graves obstáculos, que deberán ser analizados en la cumbre europea que se realizará el próximo mes en Bruselas.