El canciller Manuel Rodríguez dijo el sábado que en vista que Perú y Japón no tienen un tratado de extradición, la repatriación del ex presidente peruano Alberto Fujimori depende de la voluntad de Japón.

"Cuando existen tratados de extradición, el Estado requerido tiene la obligación jurídica, bajo ciertas condiciones, de proceder a la extradición. En ese caso, lo que se hace es promover la exigencia de los compromisos y las obligaciones existentes para lograr el objetivo de la extradición", dijo Rodríguez a la emisora Radioprogramas. Pero donde no hay tratado de extradición, en este caso, extraditar o no depende exclusivamente de la voluntad del Estado requerido, conforme a su ley, en este caso Japón, agregó. 
 
El gobierno peruano tramita sin éxito, desde el año pasado, la extradición de Fujimori (1990-2000) para juzgarlo por el delito de lesa humanidad por el asesinato durante su mandato de al menos 26 personas, entre estudiantes, trabajadores, un profesor y un periodista. 
 
Fujimori es peruano de nacimiento y japonés por ser hijo de inmigrantes nipones. 
 
Según Rodríguez,  la Cancillería no es responsable de estos asuntos, salvo de los aspectos relativos a promover entre cancillerías la respuesta positiva y de ver los escenarios de alternativas ya jurisdiccionales internacionales. 
 
Fujimori se marchó a Japón a fines del 2000, abandonando la presidencia de la República, al desplomarse su gobierno de casi una década en medio de un escándalo de corrupción en el aparato estatal. Por abandonar el cargo el Congreso lo acusó de incapacidad moral para gobernar y castigó inhabilitándolo para desempeñar cargos públicos durante diez años, sanción que vence el 2010. 
 
Muchos peruanos recuerdan a Fujimori porque firmó la paz con Ecuador, liquidó la hiperinflación, capturó a los cabecillas de los grupos terroristas, privatizó empresas y propiedades del Estado, atrajo inversión privada extranjera en cifras sin precedentes en el Perú, y ejecutó obras de infraestructura en diferentes localidades del interior.