El guardameta polaco Jerzy Dudek fue el héroe de la quinta Copa de Europa conquistada por el Liverpool, en Estambul, frente al Milan, con una parada decisiva en los instantes finales de la prórroga y al detener dos penas máximas en la tanda de penaltis.

Nacido hace 33 años, en Rybnik, hijo de un minero, Dudek debutó como profesional, con 22 años, en el Sokol Tychy, en 1995.

Luego pasó al Rotterdam de Holanda, donde se hizo pronto con el puesto de titular y en 1998 fue elegido el mejor guardameta de la liga holandesa. De él, el ex técnico del Real Madrid Leo Beenhakker afirmó que era “el mejor portero que había visto en 30 años”.

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Llegó al Liverpool en agosto del 2001, de la mano del técnico francés Gerard Houllier y ahora es el guardameta que en más ocasiones ha defendido la portería de los Reds (174).

Elegido el mejor jugador de la final de la Copa de la Liga 2003, en la que el Liverpool se impuso al Manchester United, su “estrella”, sin embargo, palideció en los últimos años, por su irregularidad y cierta tendencia a recibir goles tontos.

Dudek parecía sentenciado al final de esta campaña, porque el Liverpool quería fichar a otro portero.

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Sin embargo, la final de Estambul le ha permitido entrar en el olimpo de un club que venera a aquellos que le dan triunfos.

En la prórroga fue capaz de desviar dos disparos a boca de jarro del ucraniano Andrey Shevchenko y en la tanda de penaltis fue mejor que el brasileño Dida, el arquero al que siempre se pone como ejemplo a la hora de detener penas máximas.

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El arquero le dedicó la victoria de su club a la memoria del fallecido pontífice, que también era polaco: “Quiero dedicar esto a la memoria de Juan Pablo II. Tuve contacto con él durante su vida y he sentido su inspiración desde su muerte”.

Dudek afirmó que se inspiró en los movimientos del portero sudafricano Bruce Grobbelaar (arquero del Liverpool que ganó la final de la Liga de Campeones por penaltis, ante la Roma en 1984) para poner nervioso a los jugadores del Milan.