La arquitectura  actual emplea estructuras metálicas mezcladas con diversos  elementos que reflejan diseños limpios, ecológicos y muy modernos.

El boom de la industrialización detonó grandes cambios y los arquitectos de la época meditaron la manera de cómo usar esta abundancia de metales a su favor. Surge el diseño industrial o high tech (alta tecnología), inicio que se complementa con la influencia de las ideas revolucionarias de un grupo de jóvenes ingleses de música pop-punk, que además de su entusiasmo por la música compartían una visión arquitectónica que más tarde desarrollarían propuestas utópicas y vanguardistas.

El diseño luce de forma muy marcante y espléndida desde la década del ochenta en grandes construcciones de países como Estados Unidos, Japón y en ciudades europeas donde sus edificaciones despiertan la admiración de todos.

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Esta moderna arquitectura que llega al nuevo milenio con pie firme y grandes adeptos se caracteriza por la aplicación de planchas de acero, nuevos metales, muy ligados a la ingeniería mecánica e informática, expuesta externa o internamente, usadas de forma racional o quizás para muchos irracionalmente pero en su conjunto alcanza un efecto visual en cuarta dimensión, una estética muy limpia, uniforme y sobre todo dinámica y actual.

Este audaz diseño es plasmado en todo el mundo por eminentes arquitectos como Renzo Piano, Richard Rogers, Norman Foster y Michael Hopkins, quienes desde hace más de dos décadas son los responsables de la construcción de monumentales edificaciones donde el uso de estructuras metálicas resalta su belleza arquitectónica y rescata a su vez mejores sistemas constructivos, que resultan más cómodos y captados con una visión ecológica, ya que sus obras de última tecnología respetan mucho la naturaleza, y por su tipo no utilizan madera para evitar así su explotación.

Además, por ser construcciones más aligeradas que el hormigón economizan enormemente la mano de obra y se hacen en corto tiempo.

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El diseño industrial en otros países no solo va dirigido a enormes rascacielos tipo centros empresariales, también se lo impone en casas, restaurantes, bibliotecas, colegios, museos y teatros, y en estos dos últimos se crean estilos muy genuinos que despiertan movimiento y claridad visual.

Pero los efectos estéticos de este singular diseño no solo pueden apreciarse en las grandes potencias, Ecuador los crea desde hace algunos años con sus propios edificios distribuidos en varias ciudades.

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En Guayaquil se puede contemplar este modernismo en obras representativas como el Malecón 2000, el Malecón del Salado, el aeropuerto Simón Bolívar y en el futuro con el nuevo Terminal Terrestre.

La arquitecta Daniela Loaiza se pronuncia sobre el estilo industrial que se exhibe en estas instituciones porteñas. "Destaco el acierto guayaquileño al adoptar este diseño que sin duda otorga modernidad a la ciudad y a la vez presenta una visión muy futurista que no se estanca, sino que siempre ve más allá y en consecuencia atrae el turismo. Además, en el caso del Malecón, que mezcla lo actual con un entorno natural muy rico dado por el río y las plantas, permite tener ventaja sobre algunos países industrializados que solo muestran sus monumentales edificios pero carecen de ambientes naturales".

Pero el high tech no es exclusivo de grandes construcciones, si usted quiere incorporarlo a su vivienda puede hacerlo, consulte con un arquitecto, plasmen juntos la idea y dependiendo del clima donde viva tome ciertas precauciones como utilizar material galvanizado o de acero inoxidable y anticorrosivos.

El diseño industrial ha llegado para quedarse... Esta tendencia se introduce poco a poco en distintos puntos del mundo; en nuestro caso, la regeneración urbana dio el inicio. Y sin duda alguna de esas imponentes maravillas de acero que vemos en las capitales más ricas del mundo no dejan de impactar y a la vez concluir que la tecnología junto a la creatividad humana alcanzan niveles realmente grandiosos y espectaculares.

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