El defensa eléctrico se ganó la titularidad desde hace cinco fechas.

Gusta de conservar su cabellera larga. Esta moda  le ha significado al defensa central del Emelec, Washington Sigüenza, más de un llamado de atención del asistente técnico de los azules, Rubén Peraca, porque continuamente debe agarrarse el cabello cuando está en la cancha y le impide visibilidad.

El jugador de 21 años, quien muestra regularidad en el torneo, asegura que aquello estará solucionado cuando ingrese hoy al gramado ante el Deportivo Quito en el estadio Atahualpa. “Es verdad, a veces mi cabello no me deja concentrarme en el partido, pero hoy me verán con mi cabellera corta, pero no tan corta”, sostuvo quien se ganó la titularidad en la zaga eléctrica.

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Su comentario no es de un joven rebelde. Está convencido que los consejos ayudan a que las personas surjan profesionalmente y por eso quiere llevarlo a la práctica en su vida como futbolista.

Su anhelo –por ahora– es seguir siendo titular en el plantel millonario y esforzarse para ser tomado en cuenta en la Selección ecuatoriana.

Sigüenza no tuvo un buen inicio con los eléctricos. “En febrero la directiva azul tomó la decisión de que juegue en Liga de Portoviejo, por motivos que aún desconozco. Me fui tranquilo, sin pelear con alguien, pero casi al mes regresé a Emelec porque tuve un problema en la rodilla”, agregó el deportista.

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A su regreso no fue tomado en cuenta por el anterior estratega, Óscar Blanco.
Pero esto no lo desanimó y al contrario lo motivó para seguir entrenando. Ahora en la era del argentino Jorge Habegger se ha ganado la titularidad desde la fecha número 9 (en el partido con El Nacional en Quito), cuando entró por  su compañero Luis Tenorio.

Sigüenza admite ser hincha del Barcelona y conversa sobre el equipo torero con su madre Esperanza Ponce y su hermano mayor Juan Carlos, fanáticos canarios confesos, aunque dice qu “suda la camiseta” que viste ahora. Su padre, Washington,  y sus dos hermanas, Ingrid y María, son emelecistas y sus hinchas.

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Inicios
Se inició en el fútbol a los 11 años, motivado por su padre, quien dirigía en su barrio un equipo llamado Estudiantes Sauces II, donde tuvo la oportunidad de jugar cinco Interbarriales de  EL UNIVERSO.

A los 15 ingresó a las divisiones menores de Emelec, al año siguiente fue parte de la selección Sub 17 del Ecuador en el Sudamericano de Perú, del 2001; ese mismo año participó en los juegos Bolivarianos, de Ambato; jugó, además, con la tricolor en la Sub 20.