Quiero expresar mi indignación y repudio a semejantes hechos criminales, porque no se les puede decir de otra manera, las acciones y obras de publicar fotos crudas del estado en que quedó el cuerpo sin vida del jugador Otilino Tenorio.

No puede ser que por unos centavos más jueguen con los sentimientos y dignidad no solo de la familia del jugador, de su madre (ella no lo vio así y ni en su imaginación debió haberlo visto así) y de su mejor hinchada, los niños. ¡Qué horror!

No puede ser. Mis sobrinos de 5 y 12 años llegaron desconsolados ese día miércoles, cuando un compañerito les llevó la imagen de su ídolo (Spiderman) destrozado; ellos todavía se levantan de noche diciéndole a su papá que cuando maneje se cuide para que no quede así.

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Aunque soy barcelonista, soy una de sus admiradoras, y expreso mis grandes respetos y me sumo a quienes no aceptan la forma de haberse valido del sentimiento ajeno, atropellando con imágenes de dolor.

Darlin Jessenia Panta Panta
Guayaquil

Rechazo lo que vimos el Día de la Madre, en la noche, en el programa ‘Sótano Deportivo’, donde unos “comentaristas” vestidos de negro se lamentaban la muerte de Otilino, y sin advertir nada pasaron la toma escalofriante –que a mis niños y a mí nos hizo horrorizar y llorar– de nuestro joven y querido futbolista tirado en la carretera boca arriba y con todo su pecho desgarrado.

¿A transmisiones o publicaciones de primeros planos como esas se les puede llamar primicias? ¿Dónde queda el razonamiento hacia el sagrado respeto a una víctima y al dolor de sus seres queridos? ¿Es eso libertad de informar?

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Juan Castro
Guayaquil