Eslovaquia, que accedió el primero de mayo de 2004 a la Unión Europea tras un complicado proceso de adhesión, respaldó este miércoles por una amplia mayoría en su Parlamento el Tratado que establece la primera Constitución europea.
Tras una sesión en la que sólo estuvieron ausentes tres diputados, de los 150 que integran esta asamblea unicameral, el texto fue aprobado con 116 votos a favor, 27 en contra y 4 abstenciones.
Para aprobar el Tratado constitucional eran necesarios como mínimo 90 votos, es decir, una mayoría cualificada de tres quintos sobre el total de los 150 escaños, condición que fue superada ampliamente.
El Ejecutivo de Bratislava, que a mediados de la década pasada recibió el veto de Bruselas para proseguir con las negociaciones de adhesión debido a sus carencias democráticas, emprendió desde 1998 un período de normalización que permitió culminar con éxito su integración en las estructuras comunitarias.
Tras aquel período errático con el nacionalista Vladimir Meciar al frente del Gobierno, el líder del Movimiento por una Eslovaquia Democrática (LS-HZDS) se ha convertido años después en otro ferviente partidario de la UE, al igual que el resto de sus correligionarios y casi toda la plana política del país eslavo.
Tres de los cuatro partidos que forman el Gobierno de coalición de centro derecha (conservadores, liberales y húngaros), dos de las tres formaciones opositoras (el nacionalista LS-HZDS y el populista de izquierdas SMER), y la casi veintena de legisladores independientes, aseguraron hoy la mayoría cualificada para ratificar la Constitución europea.
A la espera de la firma del presidente, Ivan Gasparovic, Eslovaquia se convirtió en el octavo miembro de la UE que respalda este Tratado, que aúna los anteriores y pretende simplificar el funcionamiento de la Unió tras la incorporación en mayo de 2004 de diez nuevos socios .
La votación se produjo "tras un debate sensato y sosegado", según fuentes parlamentarias.
La Carta Magna encontró hoy adeptos en todo el espectro político, con la excepción del gobernante Movimiento Democristiano (KDH) y el opositor Partido Comunista (KSS), que alegaron motivos similares para rechazar el texto y que apostaban por una consulta popular.
"El nuevo debilitamiento de la soberanía de los países miembros, motivado por este Tratado, se traducirá en los próximos años en una pérdida del interés por la Unión entre los ciudadanos", dijo el líder democristiano y presidente de la Cámara, Pavol Hrusovsky.
En su emotiva alocución a los diputados, Hrusovky llegó a vaticinar asimismo que "podrían surgir problemas de política interna, cuya gravedad se nos escapa".
Sin embargo, y tal como se esperaba, los legisladores del Consejo Nacional Eslovaco respaldaron el Tratado constitucional después de que el Gobierno de coalición, presidido por Mikulas Dzurinda, lo hiciera el pasado mes de noviembre, y en diciembre, consensuara con el resto de los partidos la tramitación parlamentaria.
Antes de Eslovaquia ratificaron la Carta Magna europea Lituania, Hungría, Eslovenia, España, Italia, Grecia y Austria.
Quedan 17 países por ratificar la Constitución, ocho de los cuales lo harán mediante un referéndum (Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Irlanda, Holanda, Polonia, Portugal y el Reino Unido).
Otros ocho países (Bélgica, Chipre, Estonia, Letonia, Finlandia, Alemania, Malta y Suecia) lo harán a través de sus respectivos Parlamentos.
La República Checa aún no ha decidido el procedimiento a seguir, si bien el gobierno de Jiri Paroubek anunció esta semana que daría prioridad a la convocatoria de una consulta popular.