Colombia recordó los tres años de la masacre en Boyajá, donde la guerrilla mató a 119 personas.

Los principales partidos y movimientos políticos de la izquierda desecharon ayer una propuesta de las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)  de aliarse para impedir la reelección del presidente Álvaro Uribe.

Así, la izquierda política colombiana se distanció por completo de una guerrilla con la que coincidieron en intereses en el pasado.
“En nada quiero coincidir con las FARC y menos para conformar una gavilla  contra Uribe”, dijo Antonio Navarro, ex líder guerrillero del Movimiento 19 de Abril (M-19) y congresista de oposición, al tildar de equivocada la iniciativa insurgente, pues una “efectiva oposición a Uribe, lejos de las alianzas,  solo es posible desde la orilla de las propuestas”, afirmó.

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El sábado, el número 2 de FARC, Raúl Reyes, llamó a unirse contra la eventual reelección de Uribe, y propuso como alternativa un gobierno  “pluralista” que asuma la solución pacífica del conflicto.

La propuesta de las FARC consiguió unificar a la tradicionalmente dividida izquierda colombiana en el rechazo a aceptar una alianza con la guerrilla, aunque continúa expresando sus reparos a la reelección de Uribe.

“No estamos interesados en algo así. La división de aguas es clara: los  demócratas y los antidemócratas; los que defendemos la Constitución y los que  quieren acabarla, y en este último grupo están, con distintos intereses, Uribe,  los paramilitares y las FARC”, dijo el representante Gustavo Petro, ex comandante del M-19.

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Las FARC seguían ayer su ofensiva en la zona indígena del valle del Cauca, donde ayer bloqueó la vía Panamericana que une el centro del país y la frontera sur con Ecuador.  Más combates se dieron en el noreste, entre militares y una facción mixta de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).  

Los rebeldes lanzaron la campaña el 14 de abril pasado contra Toribío y varias poblaciones vecinas. Simultáneamente, Uribe reiteró el sábado su determinación de combatir a la  guerrilla hasta derrotarla u obligarla a negociar y afirmó que “la paz no nace  de la actitud complaciente con el terrorismo”.