"Queridos hermanos y hermanas: Al inicio de mi ministerio como Sucesor de Pedro he sentido asombro y gratitud a Dios, que me ha sorprendido ante todo a mí mismo al llamarme a esta gran responsabilidad. Pero también me da serenidad y alegría la certeza de su ayuda y la de su Madre Santísima", fueron las primeras palabras pronunciadas en español por el nuevo Papa durante su primera audiencia de los miércoles.
"Saludo a los peregrinos españoles y a la Estudiantina del instituto católico La Paz, de Querétaro, en México, así como a los demás fieles venidos de España y América Latina y a cuantos están unidos a través de la radio o la televisión", dijo tras haber explicado por qué había escogido el nombre de Benedicto.
El saludo en la lengua de Cervantes fue especialmente ovacionado y bien recibido, sobre todo después de que en la audiencia del pasado sábado con la prensa acreditada ante la Santa Sede se le olvidó hablar en español, la lengua de la mitad de los católicos del mundo.
El Papa alemán, de 78 años, que quiso conservar la tradición de los encuentros públicos los miércoles inaugurada a mediados del siglo XX, "habla muy bien en castellano", observó a la prensa el embajador de Colombia ante la Santa Sede, Guillermo León Escobar, quien asistió a la audiencia en la plaza de San Pedro.
"El error del sábado, cuando la Secretaría de Estado no le dio un texto en español, fue corregido con creces este miércoles ante un público de 12.000 a 15.000 personas", aseguró Escobar.
"Nos dedicó además la explicación en español del porqué decidió escoger el nombre Benedicto, un verdadero honor" comentó.
"Indudablemente no ha perdido el acento alemán del profesor y teólogo Joseph Ratzinger, el mismo que fue dos veces a Colombia a dictar clases", observó el diplomático, quien lo conoce desde los años 80. "El acento no ha mejorado y se mantendrá. Pero tiene claridad y sus palabras son perfectas. No le sobran ni le faltan", añadió.
"Claro que es mejor cuando improvisa en castellano porque comete inexactitudes pequeñas y le sale el aroma y la dulzura del italiano, algo encantador para alguien con la dureza del alemán", agregó.