Policía israelí busca evitar que ultranacionalistas judíos se tomen hoy la Explanada de las Mezquitas, considerada un lugar sagrado para los musulmanes.
  
Mientras se espera que hoy un grupo de extrema derecha israelí se manifieste en la  Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, la tensión aumentaba ayer en los territorios palestinos, luego de que el Ejército israelí matara a tres adolescentes.

El deceso de los palestinos en Rafa (sur de la franja de Gaza) es el suceso más grave desde que se declaró la tregua entre Israel y Palestina a fines de enero y amenaza con reanudar las hostilidades.

Según testigos palestinos, un vehículo blindado israelí disparó contra cinco jóvenes que jugaban fútbol en una zona prohibida por el Ejército.

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Autoridades israelíes indicaron que los “soldados localizaron a cinco sospechosos que  se arrastraban hacia la frontera y que huyeron pese a los disparos de advertencia”.

Con estas víctimas, el número de muertos desde el inicio de la intifada se eleva a 4.748, de los cuales 3.688 son palestinos, 986 israelíes y el resto de otras nacionalidades.

La Autoridad Palestina denunció una grave “violación de la tregua por Israel”, el movimiento radical islámico Hamas disparó obuses a una aldea israelí y la Yihad Islámica pidió que se reconsidere la tregua.

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Tensión en la Explanada
Dos mil palestinos se congregaron en el centro de Ramala y otros cuatro mil  en la universidad An Najah de Naplusa (Cisjordania).

La policía israelí desplegó miles de hombres en el centro de Jerusalén, a fin de impedir el acceso de un grupo de extremistas judíos para realizar actividades religiosas en la Explanada, tercer lugar santo del Islam después de La Meca y Medina, en Arabia Saudita.

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Los judíos llaman Monte del Templo a la Explanada, al que también consideran un lugar sagrado, pues allí se erigía el templo destruido por los romanos en el año 70 y está el Muro de los Lamentos. 

Una visita que realizó a la Explanada el 28 de septiembre del 2000, el  primer ministro israelí, Ariel Sharón, líder de la oposición, fue interpretada como una provocación por los palestinos.

La sangrienta represión israelí de las protestas palestinas al día siguiente marcó el inicio de la segunda intifada (levantamiento) que aún prosigue.
 

 

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