A fuerza de cabezazos, Milan dio un paso decisivo para pasar a la semifinales de la Liga de Campeones al vencer el miércoles por 2-0 al Inter.
 
Los goles, ambos de cabeza, los convirtieron el holandés Jaap Stam en los descuentos del primer tiempo y el ucraniano Andriy Schevchenko a los 74 minutos.
 
Ambos tantos fueron producto de centros de Andrea Pirlo, en los que la defensa del Inter se vio muy mal ubicada.
 
En el clásico italiano, con sabor europeo, el Milan contó con un arquero extraordinario, el brasileño Dida, que evitó un par de goles en el primer tiempo, cuando el Inter fue más peligroso.
 
En el Inter pesó de manera decisiva la ausencia de su artillero brasileño Adriano, que está lesionado, y al cual espera recuperar para el encuentro de revancha, en que el Inter jugará como local, el próximo miércoles en el estadio San Siro.
 
El arquero del Inter, Francesco Toldo, no pudo hacer nada en los dos goles, en que prácticamente no tuvo que realizar ninguna atajada en todo el partido, excepto al final del encuentro, en un tiro de Schevchenko.
 
Con una ventaja mínima, pero importante, terminaron los primeros 45 minutos, un resultado que fue un castigo excesivo para el Inter, en el encuentro presenciado por 80.000 personas.
 
A los diez minutos, la acción más peligrosa del partido provino de un violento tiro libre del jugador yugoslavo del Inter Sinisa Mihajlovic. Desde gran distancia, obligó a Dida a realizar una gran atajada para detener el balón que estaba entrando por el ángulo superior derecho de su arco.
 
A los 34, Dida paró un tiro libre del argentino Juan Sebastián Verón, menos peligroso. A los 44, detuvo un tiro de dentro del área del argentino Julio Ricardo Cruz, para lo cual debió extender su metro noventa para evitar el gol.
 
En el Milan se destacaron también por su alta calidad el brasileño Kaká, mientras que el atacante argentino del Inter, Hernán Crespo, recibió pocos balones.
 
A los 55 salió Cruz, tras una actuación muy débil, autor de solo un tiro al arco y nada más, sustituido por Christian Vieri. A los 70, un Verón que jugó muy por debajo de su nivel, fue cambiado por el griego Giorgios Karagounis.
 
En el segundo tiempo, el Milan controló el partido, dio la impresión que se conformaba con la ventaja mínima, pero más encima se retiró con un botín más contundente, que le permite esperar con mayor tranquilidad a sus eternos rivales.
 
El encuentro se inició con un minuto de silencio por la muerte del papa Juan Pablo II.