Justo antes de morir, el papa Juan Pablo II miró desde su lecho a la ventana de su habitación detrás de la cual se veía una multitud reunida en la Plaza de San Pedro, y susurró “Amén”, según un recuento de los últimos momentos del Pontífice.
Aunque el Vaticano no confirmó la versión, ni ha dado su propia versión de las últimas palabras de Juan Pablo II, dos fuentes sostienen que la postrera fue “Amén”, el tradicional cierre de una oración, que significa en hebreo “así sea”.
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El religioso David O’Connell, presidente de la Universidad Católica en Washington, dijo el domingo a la CNN que un cardenal, un amigo al que no identificó, afirmó que justo antes de expirar a las 21h37 del sábado, el Papa tomó la mano de su secretario privado, el arzobispo Stanislaw Dziwisz.
“Y mirando hacia la ventana dijo amén. Y luego expiró. Fue una comunicación hermosa, conmovedora, como una sensación de que todo estaba terminado”, dijo O’Connell.
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El diario italiano La Repubblica atribuyó al sacerdote polaco Jarek Cielecki, haber dicho que el Papa de 84 años elevó la mano derecha como para impartir una bendición a quienes rezaban el rosario en la plaza.
“En cuanto concluyó la oración de los feligreses, el Papa hizo un enorme esfuerzo y pronunció la palabra amén. Un instante después moría”, afirmó el diario.