“Monstruo”, “cerdo”, “asesino”. Michael  Schiavo recibe todo tipo de insultos y es el malo de la película en la tragedia  de su esposa, Terri, aunque nunca la dejó sola en 15 años y la cuida siempre, aunque ahora vive con Jodi Centonze, a la que llama su “prometida”, y con quien tiene dos hijos.

Michael conoció a Theresa (Terri) Schindler en Filadelfia en 1982. Dos años después se casaron. En 1986 fueron a Florida con los padres de ella, Bob y Mary Schindler.

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Michael relató que el 25 de febrero de 1990 se despertó y halló a Terri en el piso por un infarto ocasionado por un déficit de potasio y sodio en su cuerpo, que impidió el paso de oxígeno a su cerebro, y la dejó en estado vegetativo.

Documentos presentados en la Corte consignan que Michael no se separó de su esposa, estudió enfermería, profesión que ahora ejerce para cuidarla. Fue nombrado su custodio y la llevó a California en 1990 para experimentar nuevas técnicas de estimulación cerebral.

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Los Schindler lo animaron para que siguiera con su vida y saliera con otras mujeres, pero Michael siguió al lado de Terri y en 1993 ganó una demanda por impericia  médica por poco más de un millón de dólares. Ese fue el punto de quiebre entre la familia: Michael sostiene que el padre  de Terri, Bob, le exigió compartir el dinero; Bob afirma que Michael no quiso  darle más tratamiento.
Los tribunales nunca encontraron pruebas de mal manejo de los fondos para el cuidado de Terri.

En 1994 comenzó la batalla legal para quitarle a Michael la custodia de Theresa y en 1998 este pidió por primera vez que se le retirara la sonda alimentaria.