"Millones de mujeres africanas viven prisioneras en sus propias Robben Islands" fue el mensaje de Nelson Mandela anoche, durante el segundo concierto 46664, haciendo referencia a la isla donde él mismo estuvo encarcelado y cuyo número de prisionero da nombre a su campaña mundial contra el sida.
 
Organizado por la fundación que preside Mandela con el fin de aumentar la conciencia mundial sobre la epidemia, la segunda edición del concierto 46664, dedica a la mujer, se celebró anoche en esta población costera de la provincia sudafricana del Cabo Oriental, en el campo de golf de Fancourt, el más prestigioso del país.
 
Siguiendo el éxito de la primera edición del concierto en noviembre del 2003, el ex presidente sudafricano y Premio Nobel de la Paz, ayudado por figuras como Queen, Annie Lennox y Will Smith, consiguió reunir de nuevo a un buen grupo de estrellas del panorama musical internacional.
 
El concierto de anoche resaltó la influencia de la enfermedad en las mujeres y las niñas africanas, seis veces más proclives a contraer el virus mortal que los hombres.
 
En un comunicado hecho público la víspera del concierto, Mandela subrayaba que las mujeres no sólo han de soportar la enfermedad misma, sino también todas las consecuencias que el sida acarrea.
 
"La abuelas han de cuidar de sus nietos huérfanos; las mujeres, de sus maridos moribundos; y las niñas, de sus padres enfermos y de sus hermanos", señalaba Mandela.
 
Ya durante el concierto, frente a una multitud de 20.000 personas, el ex presidente dijo: "Os preguntaréis qué hace aquí este jubilado. Aunque me gustaría disfrutar de la tranquilidad de mi jubilación, como vosotros, no puedo descansar mientras esta epidemia mortal hace estragos en nuestro querido continente".
 
El actor Will Smith actuó como presentador del concierto, en el que participaron, entre otros, Brian May y Roger Taylor (de Queen), Annie Lennox (ex Eurithmics),India Arie, Katie Melua y los artistas locales Johnny Clegg, Art Matthews, Black Sunshine, Mandoza y Karen Zoid.
 
La elección de Fancourt, uno de los complejos de golf más lujosos del mundo, para la celebración del concierto estuvo motivada por la oferta que su dueño, el multimillonario alemán Hasso Plattner, hizo de correr con todos los gastos de organización.