El Senado mexicano eliminó ayer de la Constitución las sanciones como pena de muerte, mutilación, infamia, marcas corporales, azotes, palos, el tormento de cualquier especie, las multas excesivas y la confiscación de bienes, entre otras.

Aunque en México hace más de cuarenta años que la pena de muerte no se aplica (el último caso registrado fue en 1961), por ser contraria al sentimiento humanitario de la inmensa mayoría del pueblo mexicano, el marco constitucional y algunas leyes derivadas, aún la contemplaban.