Con una lluvia de pétalos rojos, cientos de miles de chilenos despidieron ayer a la presidenta del Partido Comunista, Gladys Marín, en un funeral al que asistieron autoridades y delegaciones extranjeras.
Marín, de 63 años, murió la madrugada del domingo, a causa de un cáncer cerebral que padecía desde hacía un año y medio.
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El féretro, ante el que desfilaron más de medio millón de personas fue escoltado por una multitud que entonó “El pueblo unido jamás será vencido”, una de las canciones emblemáticas del gobierno que presidió Salvador Allende (1970-73) y que flameó banderas rojas, y entonó cánticos y consignas en recuerdo de la ex parlamentaria y candidata a la presidencia de Chile en 1999.