André Agassi y Roger Federer (de espaldas) no pudieron resistir la tentación de jugar un encuentro amistoso en una pista de tenis única en el mundo, la del helipuerto del hotel Burj Al Arab, que está a 211 metros de altura y cubre una superficie de 415 metros cuadrados. El Burj Al Arab es considerado el hotel más lujoso del mundo.