La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió ayer durante una reunión internacional que se realiza en Vietnam, que el mundo se enfrenta al peligro de una pandemia si no se frena a tiempo la propagación de la gripe aviar.
“En la OMS creemos que el mundo se encuentra actualmente en el peligro más grave de una pandemia”, dijo el doctor Shigeru Omi, director regional de la OMS para el Pacífico Occidental.
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Agregó que luchar contra el virus en las aves es esencial para evitar más muertes de personas por la enfermedad.
“Cuanto más tiempo el virus esté circulando en animales –pollos y patos– mayor es el riesgo de que haya casos humanos, y en consecuencia mayor será el riesgo de que haya una pandemia a través de una mutación genética en el virus”, advirtió el experto.
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La reunión comenzó ayer en la ciudad de Ho Chi Minh (la antigua Saigón) y tiene como fin establecer una estrategia conjunta que frene la expansión de la gripe aviar.
Ya el pasado lunes en Washington, la directora de los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC), Julie Gerberding, alertó que la llamada gripe aviar o gripe del pollo podría convertirse en una epidemia mundial de graves consecuencias.
Según Gerberding, los científicos no descartan la posibilidad de que el virus que causa la gripe aviar se transforme y pueda transmitirse entre las personas.
Estudios científicos han evidenciado que el virus puede transmitirse a los gatos y, a su vez, entre estos animales, lo que supone “otro presagio” de la posibilidad de una pandemia humana, añadió.
La gripe del pollo es una enfermedad infecciosa propia de las aves, causada por una cepa de tipo A del virus de la gripe y altamente contagiosa, lo que ocasiona que a menudo se convierta en una epidemia.
Los animales de granja como gallinas y pavos son particularmente susceptibles de este mal, usualmente transmitido por aves migratorias acuáticas, en particular por los patos salvajes, que a la vez son los más resistentes al virus.
La primera vez que los humanos fueron infectados fue en Hong Kong en 1997, cuando causó enfermedades respiratorias severas a 18 personas, de las cuales 6 murieron.