Recordamos hoy la obra de dos destacados personajes guayaquileños que trabajaron por el adelanto del país: Carlos Julio Arosemena Tola y Víctor Emilio Estrada Sciacaluga. El primero murió el 20 de febrero de 1952 y el segundo el 21 de igual mes pero de 1954.

Arosemena Tola nació el 12 de abril de 1888 y dio ejemplo de servicio, pues ayudó a forjar entidades. Fue el gestor de la Comisión de Tránsito del Guayas, al igual que del Banco de Descuento.

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En 1948 asumió interinamente la presidencia de la República y desde esa función ratificó sus ejecutorias que lo hicieron dueño del reconocimiento ciudadano.

Durante su breve interinazgo constitucional emprendió en la construcción de vías y campos de aviación en nuestra región amazónica e impulsó obras educativas. Estableció la celebración del Día del Maestro Ecuatoriano.

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Centros educativos, un monumento y una avenida de Guayaquil exaltan su memoria.

Financista y escritor

Estrada Sciacaluga nació en 1891 y desarrolló una acreditada acción pública como ministro de Estado, presidente del Concejo Cantonal de Guayaquil, director del Banco Central y gerente general del banco La Previsora. Asimismo, por sus conocimientos de finanzas y economía integró delegaciones que representaron al Ecuador.

Destacó en el campo militar: capitán oficial de Estado mayor y ayudante de campo presidencial, capitán del Puerto de Guayaquil y coronel de reservas. Escribió libros, monografías y ensayos sobre temas económicos e históricos: El problema económico en Ecuador en 1934 (Plan Estrada), La tragedia monetaria del Ecuador, Fábulas y mitos que gobiernan la economía ecuatoriana, etcétera.

Estrada perteneció a instituciones cívicas y de servicio social. En 1950 lo eligieron Mejor Ciudadano de Guayaquil. Planteles y calles perpetúan su nombre.