El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, recomendó este jueves a Ecuador que abra más su sector petrolero a la inversión extranjera, dijo el ministro ecuatoriano de Economía, Mauricio Yépez.
 
Rato se reunió con Yépez y con el equipo económico del Gobierno del presidente Lucio Gutiérrez tras llegar desde Bogotá, donde comenzó una gira de cinco días por cuatro países andinos.
 
El responsable del Fondo aconsejó la reforma del sector petrolero, ahora controlado por la empresa estatal Petroecuador, y también del sistema de seguridad social y de pensiones, según explicó Yépez en una conferencia de prensa tras el encuentro.
 
Rato, que no hizo declaraciones, destacó en sus encuentros de alto nivel que la inversión en el sector de hidrocarburos es urgente en Ecuador, ya que la producción estatal de petróleo es ahora un 40 por ciento menor que hace diez años debido a que crece la cuota de las siete empresas petroleras extranjeras que operan en el país.
 
No obstante, esta recomendación choca con la realidad política del país porque Gutiérrez tiene índices bajos de aprobación popular, según algunas encuestas, y en el Congreso sólo cuenta con la mayoría gracias a alianzas temporales.
 
El propio Yépez reconoció que "no hay garantías" de que los partidos que apoyan al Gobierno en la legislatura voten a favor de la futura reforma de la ley de hidrocarburos.
 
Aun así, el Palacio de Carondelet enviará al Congreso el proyecto de ley, que incluirá también reformas en otras áreas económicas, prometió Yépez tras añadir que se reunirá con Gutiérrez el próximo sábado para ultimar los detalles.
 
Mientras que en la mayoría de las capitales latinoamericanas los Gobiernos intentan distanciarse de las políticas del Fondo, el de Ecuador quiere que la visita de Rato dé un impulso a iniciativas que no ha podido llevar a cabo por la falta de apoyo político.
 
Yépez dijo esperar que las recomendaciones de las organizaciones internacionales ayuden a crear "un consenso mínimo en el Ecuador que permita hacer las reformas que tanto hemos buscado".
 
La muestra de lo controvertido que es el tema estaba visible a las puertas del ministerio de Economía, donde se reunieron Yépez y Rato.

Protesta de ecologistas
 
Allí, una decena de manifestantes del grupo Acción Ecológica gritaba "FMI, fuera de aquí".
 
Tras una máscara que representaba la muerte, uno de los militantes, Alejandro Castro, explicó que protestaban contra el Fondo porque promueve la inversión en el sector petrolero, "que ha producido enormes daños a la Amazonía".
 
Desde el ministerio de Economía, Rato se dirigió a Panitas, un proyecto de ayuda a menores de la calle, en un gesto destinado a mostrar que el FMI también se preocupa por el sector social.
 
Este organismo es criticado frecuentemente por su presunta insensibilidad con respecto a los efectos sobre la educación y la salud de sus planes de austeridad fiscal.
 
El director gerente del Fondo también se reunió con Gutiérrez y tiene previsto encontrarse con los líderes del fraccionado Congreso ecuatoriano.
 
Rato instó a Ecuador a aprovechar el buen entorno económico internacional para mejorar el perfil de su deuda con vencimientos a más largo plazo.
 
Ecuador pretende volver al mercado de capitales internacionales este año por primera vez desde 1997, del que quedó fuera cuando suspendió los pagos de su deuda.
 
El país emitirá bonos por valor de 895 millones de dólares en la "segunda o tercera" semana de marzo, según Yépez. Rato dijo que es un "momento oportuno" para hacer esta operación, debido a la calma en los mercados internacionales, explicó el ministro.
 
Ecuador firmó un acuerdo crediticio con el FMI en 2003 por valor de 205 millones de dólares, pero sólo recibió 82 millones porque fue incapaz de que el Congreso aprobase las reformas a las que se había comprometido con este organismo.
 
El problema de la falta de consenso en la legislatura continúa y es un impedimento para lograr otro pacto con el Fondo.
 
Lo que Ecuador sí que logró en diciembre fue una llamada "carta de conformidad" del FMI, en la que dio su sello de confianza a la situación económica del país, lo que le ha permitido conseguir préstamos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un valor de 220 millones de dólares.