A partir de la última semana de marzo, en 8 buses por día, de los 55 que tiene la cooperativa Ecuador Latino (línea 76), se instalarán los filtros solares infrarrojos, que sustituirán a los torniquetes, según Jaime Mackliff, gerente de Casa Royall, empresa que creó este sistema.

Con esta son dos las propuestas presentadas para reemplazar al aparato.

La otra opción es un equipo de sensores, compuesto por dos barras de aluminio reforzado  de 90 cm de largo por 10 de ancho, creadas por Luis Cedeño. Se ofreció  instalarlas  en los 105 buses de la cooperativa Panorama,  entre el 18 y 20 de febrero próximo.

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El filtro de Casa Royall, al igual que el sistema de Cedeño, se activa con el contacto del cuerpo. El primero está compuesto por dos barras de 95 cm de alto (incluidas dos agarraderas de acero), que contienen sensores infrarrojos y fotoceldas. Ambas estructuras están separadas 50 cm, explica Mackliff.

Este se alimenta con la energía solar, que se recibe a través de un panel, que se colocará en el techo de los buses de transporte urbano.

“Nuestros torniquetes digitales están en el 65 al 70% de los buses. Colocaríamos aproximadamente unos tres mil. Cuentan con un cerebro infrarrojo, que se lo saca y se usa en los filtros”, dice Mackliff.

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El precio de los filtros solares infrarrojos es de $ 380 para los buses que tienen los torniquetes de esa marca y de $ 480 para los otros.

Los materiales se importan desde Miami y Madrid, añade Mackliff.