Hasta ahora, los conteos los gana la corriente religiosa, inclinada a Irán; mientras que la laica va segunda.

Cumplidos los pronósticos sobre una victoria chiita en los comicios del pasado 30 de enero, la incógnita aún no resuelta es saber qué corriente de esta rama islámica prevalecerá e impondrá su candidato a la presidencia: la laica o la religiosa.

El laicismo en Iraq lo encarna el actual primer ministro interino Iyad Alawi, pro occidental, mientras que los religiosos, unidos en torno al gran Ayatolá Ali Al Sistani, se aglutinan en la denominada Alianza Unida Iraquí (AUI), que acoge tanto a radicales como a moderados, inclinados hacia Irán.

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Todo apunta que serán estos últimos quienes se alcen con el dominio, después de que resultados preliminares divulgados el viernes le otorgaran la victoria en seis ciudades.

Los resultados parciales, tras el recuento del 40% de los votos, confirman el dominio de la AUI con más de dos tercios de los votos contabilizados en diez provincias.

La coalición ha obtenido 2.2 millones de los 3.3 millones de votos escrutados, mientras que la lista liderada por Alawi solo ha obtenido unos 580 mil votos, es decir, 17,5%.

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De confirmarse el triunfo de la lista patrocinada por Al Sistani, esta tendría tres candidatos para la presidencia, siendo el favorito, a pesar de estar segundo en la lista que presentó la AUI, el líder del partido Al Dawa y hasta la fecha vicepresidente del país, Ibrahim al Yafari.

El número uno de la lista, Abdul Aziz al Hakim, quedaría en un segundo plano como nexo de unión entre clérigos y políticos, para darle un matiz menos confesional al nuevo gobierno.

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También podría ser elegido Hussein Shahristani, un religioso moderado, científico nuclear, visto como una alternativa práctica por los sectores más pro iraníes.

Alawi, que rechazó concurrir con la AUI y cuya lista aparece en el segundo lugar de las más votadas, parece preferir una “alianza nacional” con los sunitas y kurdos, para contrarrestar la muy posible mayoría de los religiosos en el nuevo Parlamento.

La primera misión de los nuevos gobernantes será ganarse el apoyo popular y, sobre todo, la necesidad de fijar una fecha para la salida de las tropas estadounidenses de Iraq, para demostrar su independencia de EE.UU. y asestar un duro golpe a la médula de la ideología de la insurgencia.

Periodista secuestrada
En tanto, un grupo autodenominado Organización para la Yihad Islámica se ha atribuido el secuestro el viernes de la periodista italiana Giuliana Sgrena, con la demanda al gobierno de Silvio Berlusconi de que retire sus tropas de Iraq en 72 horas.

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