Fue cobardemente pateado en el suelo y golpeado con piedras y palos. Ha sido agredido un hombre del que todo el país fue testigo del rescate que realizó a la Universidad de Guayaquil sin derramamiento de sangre. ¿Hay acaso alguna venganza de esas mafias?
Maldad política, maldad por la maldad misma y cobarde; nadie pudo defenderlo de tan agresivo ataque. Anda por el país, Roldós, con sus ideas de consulta nacional para salir de la crisis, y ninguna Policía puede investigar y encontrar culpables, siendo tan simple encontrarlos con los actuales medios disponibles.
Segundo Villamar Proaño
Manta
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En relación con ese atentado criminal perpetrado en Quito, considero que es el momento en que los medios de comunicación eleven su voz de enérgica protesta, y de exigir al Gobierno central explicaciones sobre el mismo.
La sociedad civilizada se merece una explicación lógica, más allá de las explicaciones del Ministro de Gobierno quien minimiza el hecho alegando que es un problema interno de la Universidad. ¡No!, agredir a un ciudadano con una piedra en la nuca es con el ánimo de matarlo.
Este es un hecho pesquisable y punible cuyas acciones deben ser tomadas de inmediato por la Policía Nacional, por la conservación de la buena imagen de este Gobierno, cada vez más echada a menos. Preocupa este tipo de actos que demuestran la inseguridad social en que vivimos, pues no se respeta la opinión ajena ni la integridad física, ni a nuestros ex gobernantes; ni qué decir de los ciudadanos comunes como yo, lo cual repercute negativamente en la estabilidad emocional de los ciudadanos.
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Dr. Nevardo Loor Loor
Guayaquil
Ante el cobarde atentado del que fue víctima el abogado León Roldós Aguilera, me resisto a pensar que los responsables sean estudiantes universitarios.
Ex vicepresidente de la República, ex rector de la Universidad de Guayaquil, ilustre profesor y ciudadano, merece todo nuestro respeto y adhesión. Las diferencias de criterios se resuelven con inteligencia, no con la fuerza.
Econ. Jeannette Veloz de Toala
Guayaquil
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Muy consternado me he sentido con la noticia de esa vil agresión.
En este país en el que día a día escasean los verdaderos líderes que presenten alternativas de gobernabilidad, no podemos quedarnos con los brazos cruzados ante tan miserable agresión de cobardes, que escudan con máscaras sus rostros para perpetrar sus fechorías. Mi respaldo absoluto a su propuesta de verdaderos cambios en el manejo político del país.
Leopoldo David Arcos Muñoz
Quevedo