El impulso de los niños por la comida rápida encuentra su explicación en la publicidad. Según la psicóloga Rocío Álvarez, las cadenas que ofrecen este tipo de alimentos “han estudiado el efecto de llegar a las personas y lo más fácil es hacerlo por los niños”.
Buscan lo visual, indica, que te incita a una acción. El gancho son los juguetes con los dibujos animados de moda, aunque ese no es el único factor que los motiva. “Para el niño representa un momento feliz junto a su familia, tal como lo ve en los anuncios. Todos reunidos, divertidos. Es lo que desean y los padres caen en ese ritmo porque no saben cómo llenar el espacio que tienen para los hijos”.
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El problema ocurre por el cambio de ritmo en los hogares. Álvarez señala que los padres no saben jugar con sus niños ni contarle cuentos, lo que ayudaría a llevar una vida más nutritiva en todo sentido.