Los gobiernos de España y de Brasil oficializaron este lunes en Brasilia la "Declaración de Brasilia", que buscar impulsar y consolidar las metas del "Plan de Asociación Estratégica", suscrito por ambos países en 2003.
Las dos naciones se comprometen ahora a sumar esfuerzos para la erradicación del hambre y de la miseria en el mundo, conforme a los establecido por las Naciones Unidas en los "Objetivos de Desarrollo del Milenio", entre otros objetivos.
El documento recibió el visto bueno del presidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que está en visita oficial a Brasil, y del mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
La Declaración establece que España y Brasil participarán en misiones de paz y de estabilización de las Naciones Unidas para impulsar la democracia y el desarrollo económico de países pobres.
Además, españoles y brasileños están dispuestos a poner en marcha las medidas necesarias para tornar realidad la Alianza de Civilizaciones, propuesta hecha por Rodríguez Zapatero ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre pasado.
Esa pretendida alianza busca fomentar el diálogo entre Occidente y el mundo musulmán como forma de combatir el terrorismo.
"La Declaración de Brasilia busca revisar el acuerdo de 2003, pero sobre todo pone en marcha un programa de trabajo que define fechas, locales y formatos para las reuniones previstas desde hace dos años", agregó en declaraciones a EFE el responsable de asuntos sobre España del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, el diplomático Ricardo Guerra de Araújo.
A mediados de noviembre de 2003, durante la XIII Cumbre Iberoamericana, celebrada en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, Lula y el antecesor de Rodríguez Zapatero en el gobierno de España, José María Aznar, firmaron tal asociación estratégica.
En aquella ocasión quedó acordado que ambos gobiernos llevaría a cabo acciones para impulsar la cooperación económica y la lucha contra el hambre y el terrorismo, objetivos cuyas formas de funcionamiento serían definidos en reuniones periódicas al máximo nivel.
No obstante, fuentes diplomáticas de España y Brasil coinciden en que hubo algunas reuniones sin mucha estructura ni secuencia y que no alcanzaron grandes resultados.
Los gobiernos de Madrid y de Brasilia confían ahora en que los puntos en que se basa la nueva declaración, cada uno con un grupo de acciones específicas, establecen con mayor precisión y claridad las obligaciones que ambas partes se han comprometido a cumplir, lo que puede ayudar a aumentar sus posibilidades de éxito.
En primer lugar se determinó fortalecer el diálogo político bilateral y también impulsar formas conjuntas para aumentar los puestos de trabajo y el desarrollo social.
Ambos gobierno se comprometen también a fomentar el crecimiento económico basado en proyectos desarrollados por nacionales de ambos países que busquen aprovechar nuevas oportunidades de negocio despreciadas o mal explotadas.
Un mayor compromiso con la valoración de la educación, la cultura, la ciencia y el medio ambiente, así como la cooperación para mejoras en la administración pública y el bienestar de los seres humanos completan la Declaración de Brasilia.