El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, planteó este sábado a su homólogo venezolano Hugo Chávez, un encuentro cara a cara en alguna cumbre presidencial multilateral, para analizar y solucionar la crisis diplomática que se desató por la captura de un jefe guerrillero, calificada por Caracas como un "secuestro" que violó su soberanía.
 
"El presidente Uribe estaría dispuesto a discutir el tema en alguna cumbre presidencial multilateral", dijo a Reuters una fuente gubernamental de alto rango.
 
La fuente precisó que el escenario podría ser el Grupo de Río, la Comunidad Andina de Naciones, La Cumbre Iberoamericana, u otro encuentro en el que participen los dos presidentes.
 
La crisis en las relaciones diplomáticas y comerciales, la más grave desde 1987, estalló como consecuencia de la captura de Rodrigo Granda, canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo rebelde activo más numeroso del hemisferio con unos 17.000 combatientes.
 
El incidente desató un enfrentamiento entre dos gobernantes latinoamericanos bastante opuestos, pero claves para Estados Unidos.
 
Uribe es un aliado incondicional del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, mientras que Chávez se ha declarado como un "antiimperialista" que frecuentemente crítica la política de Estados Unidos.
 
Mientras que Colombia es clave para Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y el tráfico de drogas, Venezuela es importante porque es uno de los más grandes abastecedores de petróleo para ese país.
 
Colombia aseguró que el jefe rebelde de 55 años fue capturado el 13 de diciembre en la ciudad de Cúcuta, capital del colombiano departamento Norte de Santander, 500 kilómetros al norte de Bogotá, en la frontera con Venezuela.
 
Pero el gobierno venezolano denunció que el líder rebelde, quien se encargaba de las relaciones diplomáticas y de conseguir apoyo para las FARC, fue "secuestrado" en Caracas y trasladado a Cúcuta en donde fue entregado a Colombia.
 
Chávez, acusado por sus opositores de tener nexos y apoyar a la guerrilla colombiana, retiró a su embajador en Bogotá, Carlos Santiago, y el viernes paralizó todos los acuerdos y negocios con este país hasta que el gobierno de Uribe ofrezca excusas y rectifique el error.