La rebelión del ex militar peruano Antauro Humala, líder del movimiento Etnocacerista, que reivindica el poder en Perú para los indígenas en el territorio del que fue Imperio Inca o Tahuantinsuyo, obtuvo el respaldo de los principales movimientos indígenas de Bolivia y Ecuador.

Sin embargo la Coordinadora Permanente de los Pueblos Indígenas del Perú rechazó ayer posibles vínculos y afinidades con el movimiento ultranacionalista Etnocacerista, que tomó la comisaría de Andahuaylas el pasado 1 de enero y causó la muerte de siete personas, la mayoría policías.

Los indígenas quechuas y aymaras constituyen más del 45% de la población en Perú, Ecuador y Bolivia, y viven por lo general en la pobreza.

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La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) expresó ayer su respaldo a Humala.

“Es digno de aplaudir las luchas por las reivindicaciones de los indígenas. Hay la necesidad de que haya justicia ante las desigualdades e inequidad que afectan a los sectores indígenas, que son los más desprotegidos”, dijo el presidente de la Conaie, Leonidas Iza.

Sin embargo, la ex canciller ecuatoriana, Nina Pacari, se mostró contraria al apoyo de la Conaie a Humala, en virtud de que “es un militar como (el presidente ecuatoriano Lucio) Gutiérrez”, quien  “traicionó” al movimiento aborigen.

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En Bolivia, el líder de los aymara, Felipe Quispe, dijo que simpatizaba con Humala porque “vemos la “wiphala” de siete colores (insignia incaica) que flamea en aires de libertad y de lucha”. Estas declaraciones provocaron que las Fuerzas Armadas de Bolivia investiguen una presunta vinculación entre Quispe y Humala.

El militar rebelde peruano Antauro Humala reivindicó durante su levantamiento que su “acción es parte de los movimientos nacionalistas sudamericanos que llevaron a la presidencia al  teniente coronel Hugo Chávez en Venezuela y al coronel Lucio Gutiérrez en  Ecuador".