Argentina recibió 2005 en luto por una de las peores tragedias de su historia a raíz de un incendio desatado el viernes en una discoteca de Buenos Aires que dejó 175 personas muertas y 889 heridas -102 en estado crítico- durante un recital de rock al que asistían 2.000 jóvenes.
El infierno en la discoteca República Cromagnon, en el barrio porteño de Once, se desencadenó por una bengala lanzada contra una tela en el techo que se incendió y propagó el fuego a carteles y cables de iluminación, durante un recital del grupo de rock Callejeros, uno de los más populares de Argentina.
El siniestro del local es uno de los más mortíferos registrados en una sala de fiestas desde 1977 en el mundo y el de mayor dimensión en Argentina.
El director del Servicio de Emergencias de la Ciudad de Buenos Aires (SAME), Julio Salinas, entregó el balance de 175 muertos y 889 heridos, señalando que de estos 102 se encontraban en "estado crítico", con riesgo de muerte, en el último balance de víctimas difundido la noche del viernes.
La discoteca se convirtió en una trampa mortal por la humareda, el fuego y las corridas de jóvenes desesperados para salir del recinto, que tenía la puerta de emergencia cerrada con candado, confirmaron autoridades y testigos.
El alcalde de la capital argentina, Aníbal Ibarra, aseguró que las puertas de emergencia de la discoteca "estaban cerradas con alambres y candados". "Si la puerta de emergencia hubiera estado abierta, se habría evitado la muerte de mucha gente", sostuvo.
Uno de los datos más estremecedores de la tragedia es la presencia de niños entre las víctimas fatales. Los sobrevivientes revelaron que varios de ellos habían sido dejados por sus padres en un baño del primer piso del edificio, improvisado como guardería.
Tres jóvenes fueron identificados como los presuntos responsables de lanzar pirotecnia y la bengala que provocó el incendio en la discoteca, informó el sábado una fuente de la investigación.
Los investigadores intentaban determinar este sábado si estos jóvenes, cuyos nombres no fueron difundidos, integran la nómina de heridos o muertos por el incendio o si lograron salir ilesos de las llamas.
La policía arrestó la noche del viernes a Omar Chabán, propietario del local, informó a la AFP una fuente del ministerio de Interior, quien estaba prófugo de la justicia, tras haber sido visto en el recinto del local bailable cuando comenzó el incendio.
Muchos de los familiares de las víctimas recibieron el Año Nuevo frente a la morgue judicial y al cementerio porteño de la Chacarita, donde al dar las 12 campanadas se abrazaron emocionados y lloraron en forma desconsolada.
Escenas de hondo pesar y angustia se vivieron frente a los dos lugares donde familiares aguardaban que les entregaran los cuerpos de sus seres queridos que murieron en la tragedia.
Las autoridades decretaron tres días de duelo y todos los sitios bailables o de diversión permanecieron cerrados y los recitales fueron suspendidos la noche del viernes al sábado, cuando es habitual que miles de jóvenes se vuelquen a esos recintos para festejar la llegada del año nuevo.
El frente del local donde ocurrió la tragedia se convirtió en un santuario, donde familiares, amigos y jóvenes colocaron flores, estampas religiosas y fotos de los fallecidos junto a velas encendidas.
Dos familiares directos de los integrantes del grupo Callejeros, el padre de uno de ellos y la esposa del representante, murieron en el incendio, informó el representante de la banda, Martín Bizzio.
El Gobierno argentino recibió las condolencias del Papa Juan Pablo II, los Reyes de España y los gobiernos de Francia, Brasil, Venezuela y Chile, entre otros.
La mayor tragedia ocurrida anteriormente en un local bailable en Argentina fue en 1993, cuando murieron 17 estudiantes al incendiarse la disco Kheyvis, en la localidad de San Isidro (periferia norte).
Cuando Argentina no se recupera del siniestro en la discoteca República Cromagnon, otro incendio durante un motín en un hospital de un penal de la provincia de Buenos Aires causó este sábado la muerte de seis presos.